sábado, 11 de julio de 2009

De Bach y las 'Variaciones Goldberg'

Los músicos y compositores suelen bromear con eso de que Bach es su particular dios y hay que rezarle antes de sentarse a tocar o componer. Hoy el intérprete de clave Daniel Oyarzábal interpretó en la iglesia de San Esteban la versión más cercana a la realidad de las ‘Variaciones Goldberg’ de  Bach. El alemán compuso en la parte final de su vida esta colección de modulaciones de la misma melodía intercalada con todo tipo de danzas populares y arrebatos musicales que la convirtieron en el Santo Grial de los pianistas aficionados, en una prueba de pericia al piano o al clave, los dos instrumentos para los que estaba destinada la obra. Él mismo se encargó de que pusiera bien claro en la edición original de 1741 que la pieza, que toma nombre del joven músico de corte de uno de sus mentores en Alemania, el conde Keyserlingk (le consiguió uno de los mejores puestos que había en Alemania como músico, en Dresde), debía ser interpretada al clave, a pesar de que normalmente hoy se interpreta al piano y hay incluso una versión para trío de cuerda (violín, viola y violonchelo). Hasta aquí todo bien, hasta que la realidad se pasa al pobre Bach y sus seguidores por el arco del triunfo inmortal de la naturaleza humana. 

Al concierto, además de algún que otro turista despistado y los melómanos de siempre, acudieron familias enteras, el terror de los músicos. Niños incluidos. En invierno estas cosas no pasan: es lo bueno del frío, que tamiza la mezcla y se queda con lo mejor de cada casa. En la  puerta de la sede de una de las mejores orquestas del mundo (en Europa, obviously), hay un pequeño cartel de aviso para navegantes: “Mejor sin niños ni móviles”. Lo del teléfono ya lo tenemos asumido todos; pero lo de los críos parece que no. Los padres tuvieron que sacar a los pequeños con la mano en la boca para evitar que algún melómano enervado les partiera la cara cuando a la mitad de la primera variación uno de los nenes empezó a hacer pruebas de voz. Eso, y los que aplauden antes de tiempo (para vergüenza de su esposa y ahogada carcajada del resto de compañeros de banco en la iglesia), mejor en casita enchufados a la televisión. 


1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno es, si así consigo decir, algunas veces, lo que pienso a lo que leo. Me quedo con la primera parte del post; pedagogía que me sirve para interiorizar a Bach desde otra perspectiva. La segunda parte me sobra; nunca faltará gente que crea que lo que hace es lo más normal del mundo.
Litinju