martes, 17 de febrero de 2009

¡¡Sorpresa!!: Panera y Bernardo, Réquiescat In Pace (Nueva versión)

Igual no se han enterado, pero de un plumazo Salamanca ha perdido a los dos pesos pesados de la cultura subvencionada de la ciudad. Primero alguna luminaria apagada tiró por el acantilado a Javier Panera, director del DA2, el centro de arte contemporáneo; y después, todavía no se sabe muy bien por qué (lo cual oscurece todo y hace poco bien), la concejal Isabel Bernardo decidió dimitir. Sus razones (incoherentes o no) tendrá para hacerlo. De momento todos han cogido aire porque los recambios parecen sacados de un cuento de Poe. Y es que ese bigote tiene su peso específico en los anillos del mal…

La cuestión es que se abre el abismo y nadie sabe si esto cambiará para mal, para bien o será el principio del fin de la primitiva e incipiente industria cultural local. Quizás ni una cosa ni la otra, puede que sea una etapa más en la agonía infinita de una ciudad maltratada por su "subélite" política y que no hace caso de los consejos de los que saben de esto: "cultura, mucha cultura, que da más dinero que poner ladrillos". De todas formas, como bien dijo una vez una asociada, “nadie es imprescindible”. Cierto, aunque a muchos se les echará de menos, y sospechamos que a Panera muchos le recordarán con pequeñas lagrimillas reptilianas, porque la suya era una inteligencia potencial que daba clases en cada rueda de prensa, por muy tediosas que fueran. Ya saben lo que se comenta en los clubes de psicología, que la inteligencia emocional no genera dividendos para el resto de la Humanidad, sólo para quien la ejerce, así que... De todas formas, con las vueltas que está dando este tema, igual resulta que Panera regresa como un resurrecto triunfante, se queda o sube de escalafón. En Salamanca todo es posible, hasta que rueden una película llamada Tuno Negro.


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