lunes, 16 de febrero de 2009

Fernando Arrabal y los que no le entienden


Fernando Arrabal es un universo en sí mismo, uno de esos tipos que con sus palabras y acciones construye un mundo único que le sirve de santo y seña para la vida y la literatura. Escritor sublime a prueba de cualquier asalto crítico, pasó este sábado por Salamanca junto a otro de los "tarados" oficiales locales, Domingo Sánchez Blanco (Espacio de Arte El Gallo), para escenificar una de esas performance satíricas en las que los artistas se ríen de sí mismos y que sacan de quicio a los que no consideran el arte contemporáneo como algo de valor en sí mismo. En Salamanca los próceres de la cultura acunados al calor del franquismo suelen llevar traje y corbata y a la mínima sacan el sable para castigar todo lo que no sea de su rancia soga de ahorcado. 

Es denigrante para todos que Arrabal haya quedado retratado en los medios como un bufón subido a una plataforma en la que ocho universitarios le llevaban como en una procesión católica. Todos se han hecho eco, incluso el periódico antes mencionado, que le sacó en portada. Eso sí, dentro le ponían adjetivos como "extravagante" o "absurdo", tan tradicionales y típicos para diseccionar lo que no se entiende que más que rabia genera compasión por el pobre ignorante de la vida (que diría un célebre personaje de televisión) que lleva 20 años escribiendo de lo mismo sin ambición ni deseos de cambio. Nadie entiende, por ejemplo, que Arrabal sea uno de los mayores dramaturgos europeos vivos, ni uno de los últimos que pueden presumir de que su obra completa supera las 3.000 páginas, todas estrenadas y todas con buenas críticas. Y encima hace óperas. Y es maestro de ajedrez..., en serio, algunas veces, en lugar de escribir mejor no lo cubran, que para hacer el ridículo ya están las ruedas de prensa habituales...

No hay comentarios: