Damas y caballeros, bienvenidos a la Era de Acuario de la cultura... Es una buena forma de empezar lo que puede ser un beso en los morros a una galería que se ha desbocado a la hora de abrir trincheras. La Fábrica ya es uno de esos espectáculos del negocio del arte bien entendido: señores, la cultura es una industria, incluso cuando es irreverente, rompedora, destructiva y totalmente nihilista. Es más, para muchos, cuanto más subversiva mejor. Hay gente dispuesta a trabajar gratis por la cultura, y también a gastarse mucho dinero en ella. Pero esto parece que sólo unos pocos lo han entendido (El Prado, los Thyssen, las fundaciones de Telefónica, CajaMadrid o La Caixa, las galerías de arte contemporáneo, esa tremenda mafia con gafas de pasta que levantan pasiones y odios por igual...). Además de la galería se han convertido en el vértice de un edificio que se construye donde debe, en internet, y que va desde la familia Notodo (que abarca desde la televisión a los festivales de cine por la red) hasta PhotoEspaña, donde también hacen temblar cada vez que alguien de La Fábrica carraspea. Entiendan que estas puyas son producto de la envidia y la admiración, de la conciencia de que por una vez dinero y arte van de la mano con salud y ganas de hacer algo positivo.
¿Que se quedan algunos fuera? Pues sí, pero eso siempre pasará. ¿Que sólo actúan en Madrid y Barcelona? Mentira, porque por la red sus colaboradores escriben desde todos los puntos cardinales. De hecho, aquí en Salamanca tienen un topo que curra por amor al arte (nunca mejor dicho) desde las sombras. Y por supuesto, también estarán en Arco, en el pabellón 6 stand SP18 (para una intervención) y en el pabellón 10 stand F17 para el resto de artistas. Si pasan por Madrid, no lo duden. Ahora, eso sí, a La Fábrica todavía le queda llegar al siguiente nivel: el Tacheles. Si algún día montan algo parecido en Madrid peregrinaremos como píos creyentes hasta su seno. Pero nos da en la nariz que...
PD: No, nadie nos ha pagado por esto. Es por puro vicio, somos así de lascivos, porque ya saben cómo funciona esto: hoy por ti, mañana por mí. Quizás algún día Corso Expresso crezca y acabe dentro de la Familia... (pronunciarlo con la voz de Brando en El Padrino).
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