Todo esto nos sirve para entroncar con uno de los mitos modernos de mayor calado, ese hombre sin poderes superiores pero sí una resistencia única y todo tipo de gadgets que le convierten en uno de esos hombres-sombra que tanto nos gustan. Es el mismo que decía aquello de "Yo soy la noche" y que todos conocen como Batman, un personaje que este año cumple 80 entre nosotros y que no pare de reinventarse, ahora con el rostro de Christian Bale.
Esta creación urbana y de deliberada raíz gótica surge del mismo caldo de cultivo literario del que salieron los otros hombres-sombra, gente como el atormentado pecador de 'El cuervo' de Edgar Allan Poe, el Edmundo Dantés de Dumas, el Vidocq de Titeuf o el alma lánguida de Arno Neuendorf en 'Desde la colina'. Todos son seres caídos en el lado equivocado del camino que, sin volver al redil (bien porque no pueden o porque no lo desean por penitencia), luchan contra sus verdugos. Es un arquetipo creativo que se ha repetido en cada época, siempre bajo distintas máscaras, pero que con el arte posmoderno por excelencia recuperó hace ocho décadas su lugar. Un paso más hacia la literatura por otros medios, el cómic.
No hay comentarios:
Publicar un comentario