sábado, 21 de febrero de 2009

Nosotros, la minoría de bufones

Es época de Carnaval. La legión de destrozapáginas que estos días habla de esta fiesta cristiana copiada de los laudatii paganos se regodearán en lo que los libros de estilo llaman "lugares comunes": tópico tras tópico, sentimentalismos baratos que bien adornados se convierten en un canto a la socialización por la juerga, la gran especialidad hispánica. Así que oirán hablar de los Carnavales de Santa Cruz de Tenerife (ese Río de Janeiro de cartón piedra que permite a los canarios dar rienda suelta a su alcoholismo galopante mientras toda España ve sus fiestas, porque otras no se emiten por TV, hahaha...), de Las Palmas, de Cádiz (una anécdota, porque allí están de fiesta todo el año), de Ciudad Rodrigo (modelo de la España interior, que todavía parece tener algo de auténtico, pero todo será cuestión de que algún tarado lo declare patrimonio turístico y se vaya el invento al guano)... y de todos esos que sus paisanos aman irracionalmente sin pararse a pensar que son ya una sombra malparida de las viejas fiestas de Don Carnal, montadas para desfogue del personal creyente antes de que llegara el ayuno, los cirios, la peste a incienso y las calles del centro de Salamanca convertidas en pistas de patinaje (la cera cae y se hace sólida, ¿o es que no se dan cuenta?) mientras un montón de gente supuestamente pía pasea tallas de madera... y nos guardamos el chiste habitual sobre el atuendo de los nazarenos. 

En fin. Eso sí, se supone que la idolatría era pecado, ¿o no? Moisés cuando vio a los judíos adorar al becerro de oro ordenó matarlos a todos. ¿Que haría el viejo barbudo si viera a los católicos pasear esculturas exactamente igual que hacían los griegos, romanos y asirios? Maese Tejerizo dijo en cierta ocasión, en medio de un ataque de risa, que los cristianos se habían convertido en politeístas supersticiosos. Cuánta razón tenía...., o igual es que nosotros somos los últimos ilustrados racionalistas y toda esta parafernalia costumbrista nos parece primitivismo encubierto. Pero claro, somos una minoría de bufones... hahahah.
 

1 comentario:

José Ángel Sanz dijo...

cada vez que llegan carnavales, fiestas patronales o navidades, los periódicos locales se inundan de topicazos. Dan ganas de exiliarse a Tanzania hasta que pase el chaparrón, corso