jueves, 29 de enero de 2009

La acidez de estómago de Eastwood-Kelly


El futuro ciclo de cine dedicado a Clint Eastwood por Caja Duero nos ha metido, al menos a una parte del Equipo (es decir, LC), en una cadena de referencias cinematográficas muy típicas de la fauna que pulula en Corso Expresso. Entre el 9 y el 12 de febrero la caja con nombre de río exhibirá 'Sin perdón', 'Mistyc River', 'Million Dollar Baby', 'Banderas de nuestros padres' (todas en el Teatro Caja Duero, a las 20.30 horas y con entrada por invitación, esto es, que hay que ir a recogerla a la taquilla que tienen en la sucursal de la Rúa Mayor). Al ver el último título, todo el mundo pensó también en 'Cartas desde Iwo Jima', el reverso japonés de 'Banderas de nuestros padres', para luego recordar las otras películas que este pedazo de hombre del cine ha hecho sobre la Segunda Guerra Mundial: ¿se acuerdan de 'El nido del águila', con Burton más inglés que nunca? Pero alguien mencionó entonces una película no muy conocida pero que es ácido sulfúrico puro y además acicate para uno de los proyectos de LC y compañía, 'Los violentos de Kelly', título en inglés, 'Kelly's Heroes' (1970), donde un grupo de soldados americanos persiguen un cargamento de oro nazi para robarlo, sobornando, corrompiendo y arrasando allí por donde pasan. Aparte de dejar a los franceses a la altura del betún, la historia es tan realista y tan típica de los años 70, descarnada y satírica a la vez, que no podemos más que lamentar que Caja Duero sea tan mercantilista y ponga lo mejor de Eastwood de los años 90 y la primera década del presente siglo. Merece la pena bucear para conseguirla, para ver a un Clint joven, vitriólico, ácido y lacónico como en sus western con Sergio Leone, pero con uniforme caqui y una bandera americana arrastrada por el fango. Y sobre el gran género del cine bélico, tantas veces denostado (injustamente) por la posmodernidad, ya hablaremos otro día, porque desde luego es más salvaje y subversivo que la mayor parte de los simulacros de cine "verité" y demás almejas cocidas que venden los círculos de marfil de la modernidad burguesa enrojecida. Perdón por el exabrupto. 

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