domingo, 18 de enero de 2009

El alma de Berlín puede caer


Berlín podría perder uno de sus símbolos y que más impacto tuvo en todo el Equipo de Corso Expresso, una utopía extrañamente real: Tacheles, que es otra forma de decir Berlín en su esplendor de posmodernidad artística, la okupación como foco cultural sostenible. ¿La Disneylandia del anarquismo? Sea como sea, uno de los centros de agitación creativa de la capital alemana. Parada indispensable en cualquier guía urbana y foco que atrae a 300.000 turistas al año, todo lo que representa la que acaso sea la casa okupa más célebre del mundo está en peligro ahora a causa de algo tan prosaico y capitalista como el vencimiento de un contrato. Después de 20 años de servicios a la comunidad artística del centro de la ciudad, el antiguo centro comercial, artefacto ruinoso, algo maloliente y pintarrajeado podría cerrar este mes, cuenta el corresponsal de El País.
Ubicado en un edificio en ruinas en el barrio de Mitte, en la famosa calle Oranienburger, en la zona este de la ciudad (antiguo barrio judío), Tacheles fue okupado el 13 de febrero de 1990. La explicación: una compañía compró el terreno en 1997 por unos 40 millones de euros. Los ocupantes lograron un acuerdo de uso por 10 años, hasta enero de 2009, con un alquiler de 50 céntimos al año. Caducado éste, la propietaria ha decidido que necesita el terreno para construir un hotel de cinco estrellas. Y ha cursado una petición de desalojo de la asociación artística que lo ha desarrollado. Ganarán los turistas absurdos, perderá Europa. Para salvarles sólo queda la recolecta de firmas para obligar al gobierno del lander a moverse, y una futura Fundación Tacheles y que supuestamente se financiará con alquileres de los espacios del centro, la editorial de la casa, el 30% de la recaudación de las galerías de arte y los ingresos del café Zapata en los bajos del edificio. La crisis y la mala baba de la ignorancia burguesa atacan de nuevo, pero puede que migren hacia otro lugar..., para crear otro Tacheles. Tengamos fe, ya que la Razón parece no acudir...

No hay comentarios: