jueves, 5 de junio de 2008

Ya no hace falta público, así que no vayan...


El teatro por el teatro, el arte por el arte. ‘Wewilllivestorm’ de Benjamin Verdonck pasó por Salamanca como lo que insinúa, como una tormenta; pero no por lo genial, sino por lo incomprensible y el absurdo de una obra que cabreó a esta redacción hasta límites inconcebibles. El minimalismo, como todo en esta vida, si se lleva al extremo termina por hacer grande esa frase de que "a veces lo menos no es más". Una demostración palpable de que en ciertas corrientes vanguardistas el público ya sobra. Se distinguía a los no entendidos entre el público porque se partían de risa con la puesta en escena de BV, su padre, Hermann Verdonck, y su amigo el músico, impertérrito ante la evidencia de que la única explicación posible para lo que se vio en el Teatro Liceo sólo podía estar en la mente del propio autor. Es lo de siempre: si no se manejan los códigos de comunicación entre autor y espectador, se acabó lo que se daba. Ayer no se compartían, y de ahí más de una carcajada nacida del absurdo y la incapacidad para entender. La gente reacciona siempre de dos formas: el silencio o el estruendo. Ahora bien, si el belga quería hacer comedia, lo consiguió sólo a medias, porque el resto de la obra la gente calló como p... baratas. Vamos, que los escalofríos al pensar que se hace con dinero público...

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