sábado, 28 de junio de 2008

Y el cómic quiso ser arte


El cómic, llamado el arte del futuro por los optimistas que creían que en el mundo artístico las cosas eran diferentes (ay, infelices: academicistas, puritanos y mediocres pululan por doquier avanza la cabeza del ser humano...), empieza por fin a derrumbar los estrechos límites que le dieron en periódicos y revistas. Igual que el folletín desbordó la prensa para convertirse en novelas clásicas, el cómic se ha fusionado con el arte y da muestras de que la nueva generación de creadores plásticos ya no entienden de fronteras. Mientras sus padres artísticos siguen embobados por el vídeo (ya van muchos años desde los 80) ellos remedan a Alicia y atraviesan el espejo para ir al otro lado, donde la línea y el juego del vacío entre el blanco y el negro se convierten en arte de vanguardia. Eso es justo lo que ocurre con Alexandra Kopff (la imagen es una de sus ilustraciones), joven creadora polaca afincada en España y que desde este fin de semana ha abierto senda en Salamanca en la galería Benito Esteban; lo hace en una colectiva llamada ‘Desalineados’ que pese a su tamaño menor merece la pena ser visitada. Seguro que volveremos a oír hablar en el futuro de Alexandra. Está empezando: démosle el beneficio de la duda. 

1 comentario:

Dr. Vogel dijo...

¡Muchas gracias por lo que has escrito! Estoy en la nube :DDDD