lunes, 16 de junio de 2008

Valladolid se lo tragará todo (1)


Mucho ojo con Valladolid, ese monstruo paquidérmico, faccioso, sin apenas casco histórico del que vanagloriarse y que desea tragarse todo lo que pille para convertirse en una segunda Madrid, pero sin izquierda pensante, eso sí. En Salamanca se pueden contar con los dedos de la mano las citas ineludibles. 1. El quejumbroso Festival de las Artes, del que hemos cerrado la cuarta edición con un mal sabor de boca, decepcionados profundamente con Martini "blanco" y el resto de luminarias que manejan un presupuesto demasiado alto como para no pedirles responsabilidades. 2. Florilegio, la gran apuesta de Caja Duero para la música clásica, aunque en formato reducido camerístico. 3. Las Noches de Fonseca, tradición que ya huele un poquito a rancio porque la Usal tiene los escasos medios que tiene. Habría un cuarto punto de agenda, pero que sólo unos pocos valoran: el Festival Smash de Música Contemporánea. Es lo más minoritario que pueda uno imaginarse, con aforos que no superan los 120 espectadores, pero siempre en salas pequeñas y que es la vanguardia absoluta. Van a estreno mundial por concierto, y según insinuaron en sottovoce los miembros del Smash Ensemble en la edición pasada, podría marcharse a otro lado si les ofrecen dinero. Porque tocan gratias, actúan gratis, y no como Frank Castorf o Lemi Ponifasio, mal rayo les parta. Ni un puñetero chavo se llevan por poner a Salamanca en el circuito de lo más novedoso que existe en música sinfónica. Se lo llevarán a Valladolid como alguien de la Fundación Siglo tenga dos dedos de frente. Si no, al tiempo. Florilegio no se irá porque es de Caja Duero; pero el Festival de las Artes...ay, sólo piensen en una cosa: el AVE llega en una hora a Pucela desde Madrid. Entre tanto, la Fundación Salamanca haciendo juegos malabares con necedades... Cuánto dinero malgastado...

1 comentario:

José Ángel Sanz dijo...

Valladolid sí, se lleva todo por delante. Allí trabajan los señores que toman, además, las decisiones.

Nosotros eramos muy jóvenes, pero hay toda una generación salmantina traumatizada y resignada después de que Reanult se llevara su factoría a Pucela. Fueron miles de puestos de trabajo, y la cosa estuvo a punto de caer aquí. Pero se quería convertir Salamanca en otra cosa. Se llego a decir que no sería bueno. Sólo es un ejemplo. Los mismos que hoy critican este festival, llorarían victimismo barato si fuera a parar a Valladolid

Va el abrazo