Gran museo que ya quisiera para sí Salamanca. Por tamaño, por proyección artística y por movimiento de su dirección. Rafael Doctor, el jefe de tan hermosa arquitectura, se ha convertido en uno de los popes de la cultura en Castilla y León, de por sí poco dada a parir algo más que buenos escritores. Excepción hecha de Marty y Félix Curto, ambos muy lejos del Tormes, lo cierto es que más de uno miramos hacia León y encontramos lo que el DA2 no termina de tener: gente, un proyecto global a largo plazo y una apertura directa hacia el exterior. La opacidad es mala consejera, y como bien dicen desde el Ayuntamiento de Salamanca, "no es un museo, es un centro de arte", que es como decir que el sol es verde. Más de uno debería tomar nota de cómo se mueve Doctor y de dónde levantar un lugar para el arte contemporáneo. Estamos convencidos de que con el tiempo y quizás otra forma de ver las cosas la antigua cárcel se podría convertir en otra cosa. Para empezar, el Musac ha expuesto una colección de los catálogos de 'Campo de Agramante' del Centro de Fotografía de la Universidad de Salamanca (hasta el 7 de septiembre), en plena entrada, a la vista de todos, algo que el DA2 ni siquiera se ha planteado. Entre los monógraficos, el de Pierre Gonnord (en la imagen), última exposición en el Patio de Escuelas. Se gastan el dinero en colaboraciones y en traer exposiciones que no llenan las salas de gente y en una línea que quizás no atrae a nadie salvo a los onanistas del arte contemporáneo. Repetimos: sin pedagogía no hay vanguardia.
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