domingo, 1 de junio de 2008

Abuelito dime tú...


Cultura subvencionada, cultura manipulada. Esa frase no es mía, sino de un abuelito encantador, de esos que parece que están a punto de decirle a su nieta Heidi que deje en paz la cabrita y se ponga los zapatos. No podría estar más de acuerdo, aunque también es cierto que con el poco espíritu emprendedor que hay por este rincón olvidado de la mano del diablo... Mientras todos los empresarios sean hijos de la posguerra hechos a sí mismos, entonces no habrá sitio para los nuevos talentos. La gerontocracia salmantina es de las que ponen los pelos de punta: como el señor (jamás una mujer, faltaría más, salvo que esté enchufada por la familia) en cuestión no tenga más de 60 años, entonces no vale un carajo y lo apartan discretamente a un lado. Hace poco alguien que conozco me contó una anécdota: iba a una entrevista de trabajo para un puesto de marketing en un periódico, y cuando le preguntó al jefe en cuestión si iban a hacer algo con la web (anticuada), éste le contestó que eso era lo de menos, que no les interesaba y que si la tenían era porque todos los medios la tenían también. Pues nada chavales, a dar de comer a los cerdos y los toros bravos, a venderles jamones a los japoneses y mandar matatoreros a las plazas para solaz del pueblo llano... Dios, qué país...

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