domingo, 2 de octubre de 2011

No hacía falta, de verdad


El mundo no necesitaba otra versión más distorsionada e infantiloide de uno de los libros clásicos que han forjado muchas mentes. Ni la memoria de Alejandro Dumas ni sus adeptos necesitaban tampoco que volvieran a usar el más célebre folletín novelesco de todos los tiempos como papel higiénico para que una industria decadente que necesita poner 3D a todo para ser solvente, y además no se corta un pelo vendiéndolo como tal, consiga boquear un poco más.

Desde este rinconcito lanzamos una verdad como un templo: todavía no se ha hecho una versión realmente buena de los Tres Mosqueteros, porque casi siempre la han hecho reductos del fascismo encubierto como la Disney o productoras americanas más pendientes de contentar a una familia del Medio Oeste que de hacer una verdadera obra de arte cinematográfica. Y se han hecho tantas versiones que sospechamos que aunque un genio dé con la tecla, pasará sin mucha pena ni gloria. Para los que leímos tantas veces esas novelas es casi un escupitajo en el ojo de cristal de una nostalgia que vivió tiempos mejores. No ayuda tampoco ver a Milla Jovovich envejecer y además hacer papeles cada vez más malos. Desde que hiciera de Juana de Arco, estéticamente vistosa pero que fue la pequeña tumba de Luc Besson, suya y de su matrimonio con Milla, por cierto, esta chica no hace una a derechas si no es cargándose zombis o lo que sea que sale en Resident Evil, que sólo me quedaba claro en el juego, no en los filmes. Orlando Bloom es otro que se quedó tocado después de su paso por Nueva Zelanda para 'El Señor de los Anillos'.


En cambio llama la atención, por lo que promete si le dejan, alguien como Ray Stevenson, un secundario habitual de películas de época y como el legendario Tito Pullo de la serie 'Roma', y que aquí hace de Porthos. Stevenson no engaña, es un actor de carácter, de género, que solventa lo que hace con ese toque de condescendencia de quien sabe que ha nacido para hacer esto y para, si se tercia, hacer algún Shakespeare si le dejan. En la serie de TV fascinó y creó toda una legión de seguidores que ahora le encuentran en todo tipo de papeles alimenticios y que sueñan con verle de protagonista, algún día, o cuando menos, al lado de un actor que pueda darle más fuerza a su compañero de pantalla. Vamos, que no hacía falta, de verdad, que volviérais a escupirnos a la cara. Lo del cine familiar y para niños dejádselo a Disney, pensad que los adultos nostálgicos somos más.



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