Jobs, según el anticipo del libro, fue un verdadero visionario que quería unir arte y tecnología. Algo de eso ya se ve en la película 'Los piratas de Silicon Valley', pero con un trasfondo de evidentes conflictos psicológicos que Isaacson coloca en su justa medida: era muy exigente consigo mismo, y esa actitud la proyectaba, a veces con muy mal genio, sobre los trabajadores. Creó productos que la gente no necesitaba, pero la gente acabó adorándolos, y a él siguiéndole como a un gurú espiritual más. Entre algunas de las perlas del libro está su negativa a hacer caso a los médicos por su cáncer: prefería comer naranjas a tomarse las medicinas, lo que agravó el desarrollo de la enfermedad. También su admiración contradictoria hacia Bill Gates, su apoyo a Obama (aunque obligó al presidente a que le llamara si quería conocerle) y el desprecio que sentía por sus competidores. Trabajó hasta casi el momento antes de su muerte, y su objetivo estaba centrado, siempre según Isaacson, en Apple TV y los libros de texto.
martes, 25 de octubre de 2011
La biografía de Steve Jobs
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