Ya lo avisamos en cierta ocasión: vendrá Valladolid y se lo llevará todo. Hicimos una primera parte por sugerencia de un colaborador-amigo-machaca y ahora, más de un año y pico después, damos el siguiente. Más vale tarde que nunca. Ya sabíamos todos que el Twoday Festival se iba de Salamanca a Valladolid (la capital, guste o no guste al público), pero la sorpresa llegó ya en septiembre, y ahora, a las puertas de los días 5 y 6 de noviembre, resulta que tiene más trascendencia. Sin un duro, con una hoja de parra delante y otra mano detrás, la ciudad se las compone para no perder comba en ese proyecto de ciudad cultural (cuando no lo es, más bien patrimonial) que lentamente devora también Valladolid.
El dinero manda. Ahora es quizás cuando las instituciones se dan cuenta de que sin sector privado cultural no hay salida digna. Evidentemente los empresarios también sacarían la tijera en estas fechas, porque el bolsillo manda, pero no es menos cierto, queridos, que el ingenio de un productor teatral, de conciertos o un empresario con una de esas librerías-cafeterías que arrasan en Buenos Aires y Londres, siempre será mucho mayor. Algunos, con un presupuesto público exiguo hacen milagros, y otros, con un potencial inmenso apenas parecen balbucear (se nos ocurre una cadena de centros comerciales legendaria en España, pero no diremos su nombre para no perder publicidad, que nos da la risa…).
Resulta que es ahora, a días vista, cuando en la red aparecen las primeras críticas por haber dejado escapar el Twoday Festival, que este año tiene incluso mejor programa para esos dos días de conciertos gemelos en dos ciudades. Salamanca dijo que para no reventar la taquilla a la primera mejor lo dejaban. Así que de nuevo Valladolid, con más espectadores potenciales, se lo va a llevar todo. Y tienen mejor cartel que el año pasado, o cuando menos, más variado: Echo & The Bunnymen, The Horrors, Iván Ferreiro, Ellos, The Charlatans, Broken Social Scene, Quique González y Lori Meyers. De todos ellos, sólo Ferreiro y los dos últimos han estado en Salamanca. ¿Ahora es cuando os tiráis de los pelos? Repetimos una vez más: la cultura no funciona si no hay iniciativa privada o cuando menos colaboración, porque ninguna entidad pública o cercana al público malgasta un euro en cultura cuando las vacas están delgadas.
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