
El pulso entre forma y fondo es eterno en el arte, en la vida misma, cuando se dice que el Diablo está en los detalles; cierto, pero Dios está en el fondo. Para nosotros siempre será más importante la historia, el contenido, más que la forma. Quizás el único que supo unir forma y fondo casi a la perfección, como una pareja que no se rompe, fuera Velázquez. La cabriola formal que es ‘Las Meninas’ sólo fue igualada por Dalí más de dos siglos después; plano, contraplano, posición del que mira, el movimiento, el simbolismo… todo eso es formalismo útil, no un corsé en el que se encierran los mediocres que piensan que sólo siguiendo unas reglas académicas y unos géneros cerrados se puede hacer una obra de arte. Pires tiene toda una vida de conciertos y virtuosismo para desmentirlo.
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