viernes, 20 de agosto de 2010

Los Kirchner contra la libertad de prensa


Nos guste o no, la libertad de expresión y de información son pilares fundamentales. El honor no es más que una excusa para prohibir o amedrentar aquello que nos molesta. Es algo que se repite una y otra vez en todo el mundo, a pequeña o gran escala: censurar aquello que nos resulta insultante o peligroso para nuestros intereses. Lo hacen todos, independientemente de su ideología o nivel de riqueza, desde los gurús que no son tales, falsos y fariseos cuyos tronos se caen a patadas de mediocridad, hasta las organizaciones de todo tipo que amparándose en el derecho al honor aplastan a los rivales que señalan sus vergüenzas. La última patada ha sido del Gobierno argentino, o mejor dicho, de los Kirchner, que usando el populismo peronista y la mala baba que se le queda a todos los que gobiernan han triturado a la empresa que sostiene en internet al diario Clarín, que no ha parado de fustigar a la pareja de presidentes desde hace varios años.
Usando la policía, los tribunales y la presión bajo cuerda, al grupo Clarín lo han acosado como a un ciervo en medio del bosque. Y ésta es la última de las patadas: nos guste o no 'Clarín', igual que no nos gustan los panfletos ultras que hay en España, pero el respeto a la capacidad de pensar libremente (y equivocarse) es sagrada. Golpe jodido a la versión digital del periódico, aunque algo infantil, ya que aunque cueste, el diario puede perfectamente trasladar sus contenidos a otra red, incluso sacarla de Argentina a alguna empresa fuera de esa república que no produce bananas pero como si hubiera salido del filme de Woody Allen del mismo título. Porque internet no tiene fronteras, ni límites ni normas que lo castren, he ahí su grandeza y su miseria. Es tierra de patentes de corso que acabará atada de alguna forma, pero mientras tanto, será para lugares como Wikileaks y los que ejerzan el derecho a criticar y señalar que el emperador está en pelotas.



No hay comentarios: