jueves, 26 de noviembre de 2009

La Lorenzana

De todas las estrategias seguidas por Venecia para sobrevivir a todos los imperios, guerras y cruzadas imaginables en cerca de mil años, “la Lorenzana” fue una de las más efectivas y útiles. Toma su nombre de Lorenzo Bruno, un oficial mercenario al servicio de los Dux venecianos en el Adriático y Oriente. Un auténtico condottiero que tuvo que vérselas con los turcos y los balcánicos en la costa dálmata. Y siempre hacía lo mismo: ahogar al otro sin que se note. 

La Lorenzana es sencilla: sin aspavientos, sin demostraciones absurdas de fuerza, socavas al otro quitándole lentamente y en silencio sus puntos de apoyo, con sádica eficiencia trituras aquello que le da la solidez necesaria para ser algo. Finalmente, se derrumba y te lanzas sin compasión sobre él. Colocas a su alrededor una soga de ahorcado que se va cerrando disimuladamente; y por muchas puyas, por muchos ataques y provocaciones, no dejas nunca de tirar poquito a poco de la soga, con lo que el nudo se estrecha y las posibilidades del otro también. Lorenzo Bruno lo hizo tan bien que terminó siendo uno de los hombres más ricos de Venecia, hasta el punto de comprar algún que otro titulito nobiliario que asegurase a su descendencia. Dicen que era un hombre tranquilo, que no parecía perder nunca los nervios y que siempre estaba sonriente. Incluso cuando estaba rodeado mantenía su entereza con la frase “tranquilos, seguid tirando del nudo”. 

Algo parecido le están haciendo a Salamanca: alguien está tirando de la soga, le está haciendo la Lorenzana cultural. Primero recortando gastos que no ahorra sino que desplaza a gastos de representación, luego amparándose en el “interés público” para contratar mediocridad sin riesgo y finalmente abarcándolo todo para no llegar a nada. Como si Salamanca fuera Madrid. De esta forma la vacían de contenido cultural y la unen al turismo. Y ése alguien es Julio López, el concejal de Cultura, que también lleva Turismo y que ya no se esconde demasiado en su intención de fusionar cultura y marketing turístico, hasta el punto de no hacer promoción separada. Y le está saliendo de vicio la Lorenzana: algo extrañamente mezquino tiene el pensamiento conservador que desdeña la cultura salvo cuando se hace a su servicio, como si les molestara aquello que no pueden controlar o exprimir. Venecia siempre fue conservadora y oligárquica, pero sabían que sólo siendo liberales y tolerantes conseguirían mantener su libertad nacional y su imperio mercantil. Pero claro, es pedir mucho a este pueblo que sean así. Después de todo votaron al partido de López en masa. Ay, el flautista de Hammelin sigue suelto tras las ratitas y lleva traje y corbata…


1 comentario:

Anónimo dijo...

Enhorabuena por tu análisis. En Salamanca llevamos años sufriendo a tiparracos como éste, que cuentan con el apoyo de muchos pelotas y no hacen más que daño a lo que todos entendemos por CULTURA de verdad

Víctor