La relación entre la ideología conservadora, cristiana y neoliberal y la cultura siempre ha sido muy tormentosa, pero nos gustaría recordarle a la gente que ni siquiera Aznar fulminó las subvenciones al cine, al teatro o a las artes. La cultura es una herramienta, un arma del poder, y no se preocupe nadie por este rodillo azul, que durará lo que dure la paciencia del pueblo (muy voluble, ciertamente), pero también es cierto que se avecine un ajuste de cuentas con la inteligencia, algo secundario para muchos de los conservadores por delante de otras cuestiones mucho más materiales. Curioso que sea la derecha más materialista que la izquierda, siempre algo más "en el aire" que su antagonista, pero es la realidad: la pela es la pela y las neuronas siempre pesan menos que la sangre y las hormonas, si es que la metáfora es admisible.
No nos alegramos de ver al PP en el poder, lo consideramos un partido que no casa con ciertas ideas y perspectivas, mucho menos en la cadena arte-ciencia-educación que es la base de la cultura, siempre, y que hemos defendido en los últimos 809 post de este blog desde que empezamos en 2008. No somos conservadores, pero lo que es cierto es que la principal víctima de este 22 de mayo será la educación, entregada en una parte a la Iglesia (para contentar a los católicos del PP) y en otra parte a los recortes para la cosa pública (para contentar a los neoliberales).
Será la siguiente generación la que pague el pato de los errores de sus padres, como casi siempre, porque la educación es la base de un país sano, fuerte e inteligente. Sólo a través de cambiar y fortalecer el sistema educativo público, de todos, no sólo de una minoría pudiente, se puede reconstruir en la virtud a una sociedad y convertir la cultura en la mayor corona imaginable. Un país de científicos, técnicos, obreros especializados, artistas y humanistas sólo se logra con tesón y educación, no con victorias electorales que duran cuatro años, o menos, en función de cómo vaya la economía de aquí a 2015.
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