¿Qué tendrá la música española que no cae bien en estos lares? ¿Será que somos demasiado anglófilos, quizás en exceso veteranos de las muescas de las letras en inglés? Es muy probable, pero una vez conocido el contenido del segundo año del ciclo que agrupa los conciertos en Salamanca es Música, entonces ya no queda duda de cuál es el palo del poder público: sólo música española para llenar el aforo.
No se trata ya de traer calidad, sino cantidad, asegurarse que el pueblo está contento. Y no gastar el dinero, lo que refuerza la idea de que sólo el capital privado genera interés más allá de lo obvio. Pat Metheny asienta el culo en Valladolid y aquí sólo traen música que suena en Cadena Dial o los 40 Principales. Muy bien chavales, muy bien: por lo menos son prácticos y consecuentes. Eso jamás se lo echaremos en cara a los próceres municipales. Pero riesgo, ni un poquito. ¿Para qué si de lo que se trata es de justificar el invento cultural? Por el camino se quedó el mejor festival de jazz del interior de España (fagocitado, depurado y finiquitado por Caja Duero), y muchas oportunidades. Bernardo García-Bernalt sí que tenía razón: hubo una oportunidad y se desperdició, y en lugar de especializarse y atraer gastaron el dinero público en competir con Madrid, Barcelona o Bilbao. Pobre de ellos, y de nosotros, que tenemos que ir a Madrid para disfrutar de algo diferente. ¿Veis por qué el dinero público sólo debe usarse en ayudar a los novatos y en pagar escuelas y hospitales?
PD: para quien no lo sepa, vienen Fito, Sabina, Serrat, Orozco, La Oreja de Van Gogh, Quique González, Bosé, El Barrio y mejor paramos para no atragantarnos.
2 comentarios:
todos los años los mismos, ¡dios!ciudad...
Cierto, cierto..., querida Emma.
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