El DA2, de lo poquito que salva sus muebles en el parque temático plateresco-churrigueresco, ha decidido cambiar el paso: abandona la fotografía escenificada, de lo mejor que ha tenido, y se pasa al mundo del dibujo. Atrayente, sobre todo si es vanguardista y se atiene a las formas y colores, pero que puede perderse en esos trazos cada vez más abstractos: entonces se convierte en un dolor en forma de caja china donde se adivina pero no se aprehende, como dirían los filósofos. Quizás por eso Erwin Olaf o Marc Bijl van a dejar tanta huella, pero será cuestión de ver por dónde sale el sol del Domus Artium. De momento valgan la colectiva ‘Merrie Melodies’ (a partir del 12 de marzo), la muestra de Juan Zamora en la Sala 8 y la intervención de Marta Serna. El caso de esta chica será mucho mejor: si es verdad que va a convertir el vestíbulo del DA2 en una pajarera al mejor estilo de ‘Los pájaros’, entonces ya nos tiene ganado. Nada mejor que fusionar y mezclar cinefilia y arte para rendir a los escépticos. Y para finales de marzo, ‘Arctic Hysteria’, pero ésa es otra historia.
jueves, 25 de febrero de 2010
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