Vamos (ejem), a dejar lo de Torrente Ballester para mañana. ¿Qué tendrá la culebra retorcida y ansiosa, hecha de letras y palabras, de ideas y emociones, de narraciones, que nos hace converger a todos sobre un mismo punto? ¿Qué brujería es la del sabio narrador que describe curvas y líneas que seguimos llenos de ansiedad y emoción, que nos pone la soga al cuello y tira bien fuerte para atraparnos en una historia? Envidia y dolor, sabríamos con buena gana la forma de pagar ese don, de saber cómo soltar el garfio y pescar al gran pez que nos lleve a ese nivel de atracción, como si un papel en blanco fuera un gran agujero negro.
Dijo el sabio:
La vida es un tablero de ajedrez,
de noches y días
donde Dios,
con hombres como piezas, juega.
Mueve aquí y allí;
da jaque mate, y mata.
Y pieza por pieza,
vuelve a ponerlos en la caja,
pues hay un destino para la pieza,
para el jugador, y para Dios.
PD: Quien sea listo sabrá a qué nos referimos. Quien sea un freak de los remolinos de palabras, también. Qué forma, dioses, de enganchar a la gente... qué maestría. Y lo del tablero de ajedrez es mucho más que una pista...
2 comentarios:
¿Perdidos?
Por cierto, hablando de GTB no deje de pasarse por: elblogdealfonso.es
Oído cocina. Gracias por el consejo. Pondremos al becario a ello...
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