Salamanca es opaca. La gestión cultural es igual de opaca. Sus funcionarios son incompetentes capaces de hacer pasar por algo bueno lo que no es más que una tontería detrás de otra. No serán capaces, los muy gañanes, de invitar a Arturo Pérez-Reverte para hacer algo con ocasión del Bicentenario de la Guerra de la Independencia. Mientras tanto, el escritor con cara de oficial del Cuerpo de Mosqueteros se pasea por Cádiz para dar soltura a su nueva novela, la tercera de esta guerra después de 'Día de cólera' y 'Trafalgar'. Sois tontos. Pero eso era obvio y de esperar. Sigue Javier Iglesias a lo suyo desde Ciudad Rodrigo, otro que no tiene mucha idea pero por lo menos lo intenta. Y ahí siguen los campos de batalla, desperdigados y perdidos, igual que el patrimonio de restos romanos, ocultos y sepultados porque un puñado de terratenientes ancianos no quieren ni oír hablar de excavaciones.
Porca miseria: los pueblos diseñan sus destinos, no las grandes sectas ni sociedades secretas, y su estupidez muchas veces tiene tanta culpa de su pobreza de espíritu como todo el mundo junto. Faltan dos años, en algunos casos se podría hacer desde ya por los hechos de 1810 y 1811, pero tranquilos que no harán nada. Es mejor dejar el medallón de Franco en la Plaza Mayor y seguir dando cera a los lerdos de enfrente del PSOE. Viva Salamanca, aunque sea estéril, triste y misérrima en intelecto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Cómo son las cosas, el jueves 18 de marzo un grupo de cadetes de la academia de West Point visitará el Sitio Histórico de Los Arapiles. Quizá luego les lleve al museo del comercio, seguro que les apasiona.
Publicar un comentario