Una pregunta: ¿Es imprescindible ser de una ciudad para que te den una oportunidad? O mejor planteado, ¿ser de un determinado lugar debería pesar a la hora de darte una oportunidad? Parece ser que hay gente que no se ha percatado de que el adjetivo "internacional", no local, provincial o regional, está en el nombre mismo del Festival Internacional de las Artes de Castilla y León. Cuando en anteriores ediciones se le dio oportunidades a la cultura local el resultado fue una larga cadena de mediocridades. Pocas cosas, excepción hecha del colectivo SPS, se salvó de una quema en la que los críticos y la prensa especializada se puso las pinzas y señaló las manzanas podridas.
No se trata de meter con calzador cultura local que no llega al nivel mínimo, subido de golpe con la obra de teatro del Teatro Nacional de Mannheim ayer en el Caja Duero, una gran apuesta por la inteligencia sobre el escenario. Eso no lo hemos visto casi nunca por estos lares. Se trata de utilizar el festival para aprender y sacar conclusiones que hagan el trabajo de esos autores mucho más avanzado y de más calidad. Y quien piense que esto es una opinión (que lo es en el fondo) que eche un vistazo a la programación de los años anteriores y luego los rebuznos de según qué gente en según qué medios.
Y otra cosa, ¿de verdad gana alguien bombardeando su propia ciudad? Quedará para el archivo personal esa actitud de "si no me das algo te machaco", un matonismo publicitario que se traduce en una traición al espíritu del oficio. Que quien mande sea un ignorante avaricioso no es sinónimo de tirarle las armas a los pies al César. Pero vemos que algunos sí que lo hacen. Peor para ellos, sólo va en detrimento suyo y de su respetabilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario