martes, 26 de abril de 2011

La burbuja cultural y el alfiler


Hace tiempo que no hacemos crítica de creación artística, escénica... una vez más, será cuestión de esperar a que haya algo digno de mención de lo que ya no hayamos hablado ya. No hay mucho, por lo menos en este rincón ocioso del mundo. Y más libre que será, ahora que llegan los "Malos tiempos de la burbuja". Contaba un analista hace no mucho que España era el país burbuja, porque toda actividad social estaba llena de aire que inflaba mucho más de lo normal nuestras vidas. Había burbuja inmobiliaria, que explotó, una burbuja financiera, que explotó también, y contaba que hay otra burbuja cultural, que también explotará en breve.

Más o menos cuando el PP, según los sondeos (tampoco hay que creerlos mucho, porque los sondeos son como el amor de una madre, tan sinceros como falsos y sobredimensionados), gobierne en cada rincón de la piel de toro. Lo hará por un par de años, hasta que el encabronado y hastiado pueblo adopte la pose de la hoz y la antorcha para salir a la calle. Rajoy puede ser presidente (otro Zapatero sólo que más cobarde y provinciano), y eso supone más recortes, más guillotinas, más desprecio por el gasto social (educación y cultura incluidas) y un par de años de progresiva bilis encarnada en cada ciudadano. Si gana en 2012, para 2014 ya tendrá medio país en la calle, harto de ser gobernado por lerdos incompetentes. Pasará lo mismo que en Italia, donde han tenido que pseudo privatizar monumentos para poder pagar su restauración, además de hacer desaparecer toda la inversión pública en cultura. Siempre hemos sido partidarios de la inversión privada, de que haya empresarios especializados en cultura que den más libertad y movimiento a los intelectuales y autores, pero tampoco reducir a cero todo es una buena idea.

En Salamanca la burbuja explotó a lo largo de 2010, pero en España lo hará del todo en 2012. De nuevo la derecha será satanizada, mereciéndolo o no, según qué región. Veremos desaparecer todas esas burbujitas autonómicas; puede que desaparezca el Fàcyl, el Musac y muchas otras cosas que prefiero no citar o nombrar, para no dar gafe o ser ala negra de cuervo de mal agüero. Un gran alfiler con traje y corbata se acerca a la superficie jabonosa de la burbuja, y muchos, entre ellos la baronesa Thyssen, cabreada porque Cultura no le da suficiente dinero (que no tiene), ya ven peligrar un estilo de vida que arrancó con el PP a partir de 2000 con la recuperación económica, y que podría terminar con el PP también. Vae victis, nenes.


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