lunes, 4 de abril de 2011

Otro caído más


Acosada la inteligencia, caen actores, directores y escritores, periodistas y cualquier persona que esgrima el inmenso poder de una neurona frente al resto del mundo. Muere Julian Mer-Kamis en Israel, en un crimen que nadie sabe si ha sido perpetrado por palestinos o israelíes. Él era de los segundos, pero también un actor, escritor y director teatral sobresaliente. Su pecado había sido montar un teatro con los chicos de la zona de Yenin, palestinos. El resultado, un dolor inmenso en la cultura hebrea de esa franja forjada con sangre: no le sobran a Israel neuronas, mucho menos desde que los ortodoxos dinamitan lentamente la democracia, el estado laico, la libertad. Todo por una religión tan equivocada y bastarda como cualquier otra. Si el nacionalismo era el refugio de los idiotas, la religión y sus necesidades son el último resquicio de todo lo contrario a lo que es el ser humano. Lo divino es inhumano. Tanto como para dar alas a un asesinato más. 

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