viernes, 29 de julio de 2011

La guillotina de la Semana Negra


Hay frases perfectas para definir lo que le va a pasar a la Semana Negra de Gijón: "No se le pueden pedir peras al olmo", "No hay más cera que la que arde", "Cuando se trata con bárbaros no esperes decisiones sabias"... esta última es de un general romano que se espantaba al ver cómo los próceres del Imperio hacían pactos con los visigodos. Se la van a cargar, así de sencillo, porque molesta, porque la excusa del dinero es inmensa, porque el equipo de Paco Cascos, que gobierna en el filo de la navaja y al que le auguramos una cortísima legislatura, no quiere que la Semana Negra siga como hasta ahora. Hay mucha gente que es alérgica a los sucesos culturales, porque, en su gran mayoría, demuestran su terrible ignorancia. Decían los griegos que los ignorantes siempre lloran por su condición al descubrirla, y quizás parte de esas lágrimas sean las que alimentan que sujetos como los concejales del Ayuntamiento de Gijón, ahora en manos del Foro de Asturias (a su lado parece que los del PP son unos benditos), prefieren dar clases de golf a 400 niños (futuros parados, por mucho que los mimen) que invertir en el mayor suceso cultural del norte de España. Han pasado 24 años y parece que la bonita aventura ya toca a su fin; la Semana Negra sobrevivió incluso con gobiernos de derechas, que no tienen por qué ser alérgicos a las artes, más bien lo contrario. Pero es que los que mandan "por ahora" en Asturias están más allá de cualquier decisión.

En Salamanca aplastaron secciones enteras del Festival de las Artes con la excusa del ruido y de los vecinos (en una zona de la ciudad donde apenas viven más que universitarios), y aquí ya la han sumado a lo de la falta de dinero. Bien por ellos, porque gracias a su falta de miras lo más probable es que la Semana Negra migre a tierras más civilizadas, o simplemente miren a la enriquecida Euskadi y se den cuenta de que los que viven bien en España lo hacen por inteligencia, no por mandato divino. Lo sentimos por Asturias, pero la estupidez tiene un precio.

PD: Si al final no se la cargan, al menos lo habrán intentado. A lobo se le castiga también por enseñarle los colmillos a las gallinas, no sólo por zampárselas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cierto, el futuro es poco halagüeño... pero no se dirá que no caímos luchando... contra todas las presiones del ayuntamiento aliado al cavernario Gotor que recorta ayudas de fin de tesis para ponerle una faja de lata al campus, estamos haciendo la mejor Semana Negra: carpas llenas, reportes de ventas sin precedentes en la feria del libro, firmas de autores que se prolongan más de una hora con filas que recuerdan a los bestsellers más ñoños de la Feria del Libro de Madrid, territorio libre de ideas, debate, creación y pensamiento crítico. Y faltan tres días.