Dimite y se va porque habló con el otro lado, porque se dio cuenta de que se estaban cometiendo excesos, porque se percató de que González-Sinde es de largo la peor ministra de Cultura de la historia de la democracia española, incapaz de consensuar nada, escorada hacia el bando de la ley represiva y de los intereses de las majos americanas. Y al final, ¿quién iba a pagar el pato? Pues los de siempre, los usuarios. La Innombrable ya ha empezado a recular, consciente de que cada cual recoge sus soplidos en forma de huracanes, y mucho más cuando el viento viene de un pueblo hasta las pelotas de tener que soportar a cuatro tarugos que piensan que seguimos viviendo en la era de Gutenberg y del CD.
¿Por qué la piratería es más fuerte en España? Pues porque en el mundo civilizado la música y las películas tienen pactos comerciales para venderse por la red a precios bajos. Y ya está. Ganan todos. Si alguien puede gastarse 20 euros en iTunes comprando 20 canciones distintas a poco menos que un euro, y lo hace, ¿por qué no se lo gasta en un CD? Pues porque ese modelo de negocio está muerto, tanto como la música de Alejandro Sanz y compañía, que presumen de ser abiertos y cosmopolitas y luego reaccionan como los patrones del siglo XIX cuando les tocan el bolsillo: a palos. Aplauso cerrado pues para De la Iglesia, que le ha echado bemoles. Todo lo demás es ruido de fondo.
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