Si contratas a una compañía, ¿no es mucho pedir que les pregunten si van a hacer un pase para la prensa o si directamente van a dejarse fotografiar en el espectáculo? Y eso es sólo el principio: hay dudas, descoordinación, gente que no sabe lo que hacen los otros... Independientemente de las razones de una compañía (igual tienen miedo de que les roben el alma con las cámaras y tal) para no permitir hacer fotos, no es excusa hacerse el sueco y ni siquiera llamar a los medios para decirles que no van a dejar hacer fotos. Así no se hace industria cultural, pequeñines, sólo cabreas a la gente y no permites que otras personas conozcan de cerca lo que se hace en la ciudad. Si se trata de hacer la ola mediática para que la cultura sea útil, entonces en Salamanca no se han perdido nada.
Un escenógrafo nos contó un día, a través de un crítico de teatro de Madrid, que muchas compañías hacen esto para que las imágenes no vayan circulando por la red, para que no haya copias de movimientos, ideas o escenografías que otros puedan copiar. Es decir, que si un competidor quiere copiarles, que pague por lo menos la entrada. Lía Rodrigues estrenó 'Pororoca' y no dejó que nadie se acercara. A esta mujer tan inteligente alguien debería haberle dicho que su supermontaje está ya colgado en YouTube. Si es así, ¿por qué no permiten grabaciones o fotos?, ¿cuestión de estilo, de marcar el territorio, de no dejar que los medios les aturdan al principio, los flashes distraen, ruido de fondo? Si algo hemos reivindicado siempre en este blog, todos los del Equipo, desde quien escribe a quien se chiva, es que la cultura esté conectada por todos los medios a los ciudadanos, porque sin ellos sólo serán ejercicios de estilo en torres de marfil. Aunque se llene el teatro: 200 personas no son 20.000 que podrían conocer mejor 'Pororoca'. Si no entienden eso, apaga y vámonos.
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