lunes, 31 de mayo de 2010

Primera puya "Fàcyl"

Ya llegó el bicho; es decir, el Festival de las Artes, el Fàcyl de marras. Y con mucho menos de lo que esperábamos. Lo malo de los festivales de vanguardia es que a veces arte y artificio se confunden. Quizás sea una parte más del juego de guerra que es el arte, una forma de establecer comunicación en la que una mujer que declama sin sentido aparente para luego empezar a tocar es la pieza central de una obra. Tenemos muchas dudas, muchas, pero al mismo tiempo somos parte de esa minoría que siempre apostará por algo provocador para salirse del marasmo destinado a las masas no pensantes. No queremos resultar pedantes y snob (todo el que haya leído este blog sabe que ya lo somos, así que…), pero la desconexión de esta Salamanca envejecida y ligeramente apática (que no abúlica) con la Universidad está en la base del desprecio por esa vanguardia que no llena el Liceo, que sólo ocupa unas 100 y pico butacas y deja el resto en un vacío sideral que sólo llena la indiferencia y la ignorancia. Una vez más pierde Salamanca, y una vez más ganan los que aún sin comprender del todo lo que tienen delante (Heiner Goebbels y su ‘Hashirigaki’, con el que arrancó el teatro de sala del Festival, no nos gusta, qué le vamos a hacer) por lo menos le dan una oportunidad y el beneficio de la duda. Eso sí, sólo una vez, porque el arte no es artificio, y éste es una coña marinera que se inventa un artista para seguir tirando del cuento del creador. Aunque en el fondo, todo es ambivalente y dual, todo depende del gusto de cada uno. Criticar queda entonces como una mala opción. Pero es que no nos gusta…


sábado, 29 de mayo de 2010

Dennis Hopper, RIP

Otra vida mítica que se escapa entre los dedos de la Muerte. En este caso Dennis Hopper, que ha caído por un cáncer a los 74 años. Un actor de carácter que empezó su andadura al lado de Rock Hudson en 'Gigante' y alcanzó la leyenda al hacer 'Easy Rider' con Peter Fonda y Jack Nicholson al son de una banda sonora que rompió moldes (Steppenwolf, Bob Dylan, Jimi Hendrix).

Se ha ido un tipo limitado como actor (salvo en los papeles de hombres en el filo del abismo) pero que como cronista de su tiempo fue inmejorable. Un tipo capaz de atrapar en su retina y luego vomitar la esencia de los 60 y los 70, que supo ver cómo había cambiado EEUU y dejarnos piezas de orfebrería audiovisual. Casi podría decirse que ayudó a fijar los usos y costumbres de la cultura pop americana. Tras 'Easy Rider' empezó su pago en taquilla al diablo, que le convirtió en un guiñapo de las drogas y el alcohol (30 cervezas al día, tres gramos de coca, y eso sólo por día). Otro más que cayó antes de tiempo. De haber tenido lucidez y voluntad, quién sabe lo que habría hecho. Otro RIP que no queríamos hacer. Una pena. Y ya van muchas este año. Sólo se nos ocurre recordar la frase mítica que le marcaría para siempre: "Born to be wild", de 'Easy Rider', cómo no.

miércoles, 26 de mayo de 2010

No paga ni Cristo

Vamos a hacer una pregunta muy sencilla para explicar por qué pagar en internet es un error, por qué muchas veces la gente piratea y por qué el gen ibérico choca tanto con el resto del mundo.

Atención: ¿Pagarías una media de 20 euros al mes por tener una información o un producto que puedes tener gratis con sólo darle a un botón?

Bien, la respuesta más coherente es NO. Si alguien te dice que si lo haces, podrían multarte o perseguirte, una cantidad muy importante dirá que SÍ. Pero siempre habrá otro que dirá que nanay y que él no paga. Se ha puesto de moda otra vez eso de pagar por leer periódicos en la red. Craso error: los que lo hicieron se han arrepentido y perdido terreno respecto a otros. Si todos obligaran a pagar, entonces sí, pero siempre habrá un medio que dará la información gratis, y eso destroza la competencia. 

El New York Times quiere cobrar: pifia. Saldrá mal. Piensan los directivos de medios, esos genios sin puñetera idea de periodismo ni de sentido común popular, que si la gente paga un euro o dos por un periódico de papel, ¿por qué no pagar en la red? Cierto, el razonamiento tiene su sentido lógico, pero es problema es que la World Wide Web se concibió como un territorio abierto y libre, gratuito, nació como el Salvaje Oeste: nada de normas. Todos se pusieron a crear webs, blogs y listas de correo, siempre gratis, y los intentos por obrar se han ideo siempre al garete. Si quieren convertir la red en una prolongación del mundo real van mal por ese camino, porque la red no tiene límites físicos como el Salvaje Oeste, y no sirve de nada mandar un sheriff tozudo y pendenciero, porque por cada pueblo bajo su ley se abrirá otro nuevo todavía más libre y anárquico. Es como ponerle puertas al campo. Por eso la van a pifiar. Aquí no paga ni Cristo, y por las películas y la música tampoco. 


martes, 25 de mayo de 2010

'Lost' nos deja perdidos


Íbamos a hablar del capítulo final de 'Lost' ('Perdidos'), pero realmente hemos terminado tan lost de verdad que el plan inicial era poner precio a la cabeza de los guionistas, por memos, por cabrones, por abusar del mcguffin una y otra vez, por tener como recurso abrir nuevas vías argumentales y luego, al final, no cerrarlas, por tanta apertura, por tanto culebrón emotivo, por dejar que el sentimentalismo les invadiera al final de la maldita serie... Pero, oh pero, ciertos detalles hablados con un lostie (fan de la serie) y otras puntadas y reflexiones desde internet nos han hecho frenar en seco. Ahora que vemos el conjunto un poco más coherente, que vemos el bosque y no las copas de los árboles, empezamos a entender que realmente sí tiene cierto sentido todo. Sentido, ojo, que no genialidad. 

Quien espere del capítulo final el salto mortal definitivo con doble carpado hacia atrás, va listo. Es un jaque mate en toda regla, una patada en la entrepierna que deja colgado en el aire, y en las futuras ventas de DVDs, las claves finales de todo el entramado. Pues nada, la teoría del Purgatorio y del juego del espacio/tiempo teológico son las verdaderas claves, no obstante, resultan tan ambiguos algunos puntos (la bomba nuclear en el pozo, por ejemplo) y su por qué, o sus consecuencias, que hay que sostener el edificio de la coherencia con andamios. 

domingo, 23 de mayo de 2010

Y la Caja se ahogó en el Duero

Salamanca baila al son del 'Vals de los Adioses' de los Strauss, una célebre pieza en la que todos los músicos de la orquesta se marchan lentamente, hasta que al final sólo queda un superviviente de la sección de cuerda. Salamanca dijo adiós al Florilegio porque la fusión y Caja Duero determinaron que no hacía falta gastarse ese dinero; también se han cargado el festival de Magia que hacía siempre antes del meollo de junio; igualmente han reducido la programación a un par de píldoras de mala calidad, y anticipan ya que la nueva megacaja al servicio de la Junta de Castilla y León ya ha guillotinado cualquier expectativa para los próximos años. 

Así pues, oímos dos voces en la cabeza: una dice que sí, que es lógico cuando la cosa del negocio va mal hay que recortar; la otra se arrepiente de todas las loas hechas a Caja Duero y su buen ojo para programar. Ya no hay ojo que valga, porque la Cajita se ha quedado ciega. Respecto a la excusa de siempre, la de que la cultura es un subproducto no imprescindible, nos gustaría recordar que el dinero para obra social no se ha reducido, sólo se ha desviado hacia otros “fines sociales” supuestamente más importantes. Y no piensen en cuestiones de sanidad, sino en tablas de ejercicios para ancianos, certámenes deportivos y otros asuntos que sí parecen ser imprescindibles. 

La vara de medir es muy típica en este país, igual que la disgregación: si tanta salmantinidad tiene la Caja, ¿por qué el 60% de su programación viaja fuera de la provincia?, ¿por qué no mantienen el nivel pero cortan su presencia social en Extremadura, Madrid, Zaragoza y Portugal?, ¿por qué tiene que pagar Salamanca el coste de invertir en otros lugares si tan charros son todos en la sede de Los Bandos? Es cierto lo del lema de la caja, “¿Qué pasa cuando un río se cruza en tu vida?” Pues que te ahogas. 

sábado, 22 de mayo de 2010

Las 20 Películas Casi Perfectas: primera tanda

Empezamos una mini serie sugerida por varios seguidores: igual que hicimos tiempo atrás la lista de las 20 canciones imprescindibles, haremos otra pero con el cine: las 20 Películas Casi Perfectas. En este caso lo haremos en tandas de tres películas, con los datos y la razón de que la hayamos elegido: pero el orden no significa ninguna valoración subjetiva, sólo es un orden aleatorio, ojo. Para que luego no nos digan que sólo sacamos la cimitarra para soltar mandobles. Viva el positivismo (la actitud, no la corriente filosófico… uf, eso es demasiado para este blog). Pero para no romper las series, hacemos sólo dos para empezar. 

1. ‘El Padrino I’ (1972) y ‘El Padrino II’ (1974), de Francis Ford Coppola. Paramount Pictures (EEUU). La tercera parte, de 1990, no entra como continuación por su baja calidad y el crimen artístico que fue meter a Sofía Coppola como actriz. Sin duda, ambas, en el montaje hecho luego en los 90 por Coppola, se convierten en una de las cimas del arte contemporáneo, dos películas unidas que son la fusión perfecta de la narración argumental europea con el efectismo y la visión norteamericana de la vida. Valores, sacrificio, familia y cierto fatalismo literario que le dan un fondo y no sólo forma al filme se dan la mano en esta larga película pensada en dos partes que, según cuentan, es la cima del cine americano.

 

2. ‘Tiburón’ (1975), de Steven Spielberg. Universal Pictures (EEUU). El niño bonito del judaísmo liberal americano todavía era joven y atrevido, con agallas, sin carga ideológica. Hizo, sin saberlo, una de las últimas películas del género de aventuras con algo de enjundia y muchos trazos de ‘Moby Dick’ en la factura interna, especialmente con el papel de Robert Shaw, una derivación moderna del capitán Ahab que también conecta el cine con la literatura, quizás la clave para que un filme sea una auténtica joya. Es más, nos atreveríamos a decir que en realidad 'Tiburón' es una particular versión de 'Moby Dick', de ahí la fascinación que ejerce en las siguientes generaciones. 

Pestes periodísticas: el Niño Bonito

Una de las subespecies más irritantes del oficio son los Niños Bonitos, que también pueden ser Niñas, si bien en algunos casos suelen ser más los hombres los que se benefician. Abundan en cada medio de comunicación. Su condición de divas en ciernes (o ya consagradas) les ahorran trabajo, obligaciones y sacrificios, si bien la calidad objetiva de su trabajo es directamente proporcional a la comida de tarro que hayan proyectado sobre los respectivos jefes. A veces se hace muy difícil saber si realmente el Niño/a Bonito/a tiene talento auténtico, porque la protección del medio borra cualquier juicio de valor objetivo. 

De todas formas, siempre volvemos al mismo juicio del Pato según el proverbio americano: “Si camina como un pato, tiene pico como un pato y parece un pato… lo más probable es que sea un pato”. Y si 9 de cada 10 compañeros de trabajo ven que es un pato, entonces es que el susodicho no es realmente bueno sino un busto sobre un pedestal que ni quita ni pone, sólo estorba. Además, los tratos de favor siempre terminan en rebeliones a bordo al más puro estilo Bounty, porque a nadie le gusta que le miren por encima del hombro y más si el nivel de esfuerzo está por encima de la Santa Madre Nómina. Al estar sobreprotegidos despiertan las iras del resto del rebaño, y suelen terminar muy mal en cuanto a relaciones. Más incluso cuando no se justifican los mimos. 

viernes, 21 de mayo de 2010

Basado en hechos reales

¿Por qué las historias más fabulosas siempre ocurren cuando nadie mira, cuando nadie está alertado de que suceden en la realidad hechos que bien podrían haber salido de un cuento de Roald Dahl? Ahí queda esto. 

"Un pequeño pájaro se cuela en la Catedral Nueva de Salamanca, vuela al son de la música de los coros; apenas nadie ve la cabriolas en el vacío de las naves, bajo las inabarcables bóvedas de piedra. Desciende hasta la capilla recóndita de una Virgen más, y aletea cerca de las velas, como si se creyera un colibrí. Justo cuando el coro entona el Kyrie la fuerza de sus alas hace que las chispas de una vela prendan todas las demás al unísono, como un gran soplido de fuerza. Sólo entonces remonta el vuelo y asciende hasta salir pro el exiguo agujero de una vidriera, allí donde antes estuvo la cabeza de un santo. Ya ha cumplido la misión encomendada". 



miércoles, 19 de mayo de 2010

Pensar universalmente

Dice un proverbio artístico: “Negar la cultura local de una ciudad, pueblo o comarca por alagar la cultura universal es propio de esnobs sin sentido de la identidad propia”.

Dice la voz de la Razón: “Y producir sólo cosas de la cultura local nos encierra en el interior de una boina en la que no entra el aire de fuera, que se extingue mucho más rápido que otras cosas”.

Es muy interesante ver cómo algunos intelectuales de Salamanca, como Javier Sánchez Zapatero, se atreven a meterse en camisa de once varas con tal de sacar adelante un proyecto con aire universal. Acaba de publicar ‘Escribir el Horror. Literatura y campos de concentración’, con prólogo de Alfons Cervera, un libro en el que disecciona a autores como Max Aub, Primo Levi, Solzhenitsyn, Jorge Semprún o Imre Kertész, toda la literatura asociada a los supervivientes, a los que sabían de los KZ nazis, a los que lo denunciaron y que luego siguieron delatando las complicidades asesinas de unos y otros a través de los libros. Sánchez Zapatero es también uno de los padres del Congreso de Novela y Cine Negro, y merece la pena echarle un ojo y aupar a esas pequeñas voces que, a pesar de vivir en una ciudad “tan difícil”, como dicen todos, se ha atrevido a sentarse con los grandes para parir un nuevo ensayo. Porque para hablar de la Plaza Mayor, las murallas, el Tormes, Fernando de Rojas, las catedrales, la Clerecía y todo el patrimonio, sobado y manoseado como una furcia barata, siempre quedarán las luminarias del pueblo que viven al calor de la boina, Como dicen los chinos, “hay que abrir las ventanas para que entre el aire fresco, aunque vengan moscas también”. 


lunes, 17 de mayo de 2010

¿Será verdad que son sordos?


Después del fin de semana de asueto, volvemos.
Un músico clásico y de jazz de la ciudad nos dice que ya apenas da conciertos en Salamanca porque sus compañeros prefieren hacerlo fuera, en Valladolid, León, Burgos... al parecer pagan más, o directamente pagan. Está algo molesto con ellos, pero en el fondo tienen razón, ¿para qué tocar en Salamanca si nunca se llena, si les dejan clareas inmensas? Un ejemplo más: Serrat, con nuevo disco, nuevas canciones, y no fue capaz de llenar el minúsculo aforo del Multiusos. Ni hay escritores ni hay oído musical en Salamanca.
Vivir del cuento, eso es lo que hay, pero también es cierto que durante muchos años aquí se labró la mejor generación de intelectuales que ha tenido nunca España, pero de eso hace ya mucho tiempo, cuando esta santa ciudad se parecía a Oxford y no a un pastiche mercantilista que depende de las limosnas de la Junta, del Gobierno y de los acuerdos con municipios y diputaciones. Al final va a ser cierto el rumor sobre esta parte del mundo: Que es una ciudad imposible para la música. ¿Será verdad que es una ciudad de sordos? Aquí hay excelentes dibujantes e ilustradores, y al cómic se le da la espalda; hay dos conservatorios de donde salen muy buenos músicos, pero no se les abre las puertas, también porque la gente no llena. Sin gente no hay industria cultural que valga. Ahí está la tragedia de Salamanca.

viernes, 14 de mayo de 2010

Dos ganchos de izquierda al precio de uno

Primero: Como dijera una vez Oscar Wilde, "los jueces son menos inteligentes de lo que esperamos, mucho menos de lo recomendable y muchísimo menos de lo que nuestras peores pesadillas pudieran imaginar". Añadiríamos que son infinitamente más corrompibles, corporativos (todo gremio cerrado siempre tiende a convertirse en una mafia, da igual el país u oficio) y ciegos de soberbia que cualquier otro cargo público. La metedura de pata nacional e internacional, la imagen de Santa Inquisición que tienen ahora mismo, tardará décadas en desaparecer. A sus sueldos, su apatía, sus sentencias cargadas de valores personales y no de objetividad, a las primas, los juegos políticos y las amistades peligrosas se suma la vergüenza de encausar a un juez con demasiado ego pero que simplemente había tocado a los muertos. Muy buena chavales, será mejor que no digáis por ahí que sois jueces, y menos del Supremo, el Constitucional o el Poder Judicial porque os van a poner los huevos a la flamenca, como le gustaban a Frasier Crane. 


Segundo: Un foráneo de los que viven en metrópolis perdidas llenas de cosmopolitismo hace una pregunta muy simple que encierra, consciente o inconscientemente, toda la verdad sobre las letras en Salamanca. "¿Conoces a algún escritor salmantino importante?". ¿Qué, cómo se os queda el cuerpo...? Vacío, como a nosotros, como si se nos cayera la manzana newtoniana en la mollera. Ah, sí, bueno, está Carmen Martín Gaite (muerta), Manuel Fernández Álvarez (muerto), Luciano Egido (como si lo estuviera), Unamuno (NO era salmantino), Fernando de Rojas (NO era salmantino)... Colinas (leonés). Reconocemos que nunca antes nos habíamos parado a pensarlo, pero es cierto, Salamanca presume de literatura sin tenerla, vive de la leyenda de Calisto, Melibea y de la señora Celestina, del corte de mangas metafórico de Unamuno, de Universidad y de todo lo demás, pero no, no hay escritores importantes. Sirva pues para darnos cuenta de que una ciudad que presume de cultura no genera tal cosa, y mejor no hablar del campo teatral, abonado de grupos que no arriesgan o se contentan con vivir de la limosna del poder cultural municipal. Sin riesgo no hay gloria, y si alguien conoce a un escritor salmantino de renombre, que nos lo haga saber, pero ojo, no valen milos blancos, sólo buenos escritores con carrera. 

jueves, 13 de mayo de 2010

Lágrimas rojas


Íbamos a escribir de los funcionarios, de la cultura de la pereza, del necesario ajuste de las cuentas, de la teoría de que ya llegaba la hora del reparto del sacrificio, y de cómo algunos buenos funcionarios van a pagar por todos los parásitos peces lamprea que viven de la no tan gorda teta del Estado, pero hemos decidido cambiarlo por el inicio de 'Lágrimas rojas', la enésima incursión de LC en una de sus obsesiones más oscuras. 

“Por favor, sea breve”, dijo el funcionario del Partido. Me temblaba hasta la última fibra de mi cuerpo, horrorizado porque al otro lado de la gruesa y pesada cortina roja granate estaba el camarada Stalin. Apartaron para mí los pliegues y entré en una sala subterránea inmensa. Él, de pie, con su eterno cigarrillo entre los dedos, me sonrió como un zorro en el gallinero, expectante, con aquellos ojos negros asiáticos clavados en mí. Luché por no desmayarme, pero tenía que hacerlo: “Camarada Stalin, tenían razón, Hitler ha escapado, no es su cadáver”. Y el todopoderoso rompió a llorar, impotente, aterrorizado en su pesadilla.

miércoles, 12 de mayo de 2010

El español y la vaca sagrada

Vacas sagradas, concepto usado en exceso en España y que es aplicado a toda persona cuyo grado de maestría o de veteranía en un campo concreto, el que sea, le ha convertido en un mito viviente imposible de quitar de en medio para oxigenar la cosa. Ya lo dijo Deng Xiao Ping, “abrir las ventanas para que entre el aire, aunque también entren las moscas”. Hacen una nueva Gramática y en la RAE, una de esas torres de marfil, abren las ventanas para intentar adaptar una lengua al devenir del mundo, que no es otro que el cambio. Han disparado contra la vaca sagrada de la gramática. El “limpia, fija y da esplendor” debería sustituirse ya por el “adapta, flexibiliza y da sentido” que necesita un idioma que se extiende como una gran mancha por todo el planeta, les guste o no al resto de europeos. Es un idioma vivo que, afortunadamente, conserva ciertas dosis de sentido común de un extremo al otro, no como el inglés, que ha variado tanto que un tipo de Sydney a veces es incapaz de entender a otro de Belfast o de las afueras de Denver. En Bruselas hacen oídos sordos a la grandeza del español porque según ellos “sólo lo hablan 45 millones en el continente, menos que otras lenguas”. Cierto, pero lo que se habla en las calles de Nueva York, Los Ángeles, Buenos Aires, Bogotá, México, y ya en sitios como Manila o Rotterdam no es alemán, francés o italiano. 

El español es una de las llamadas “Lenguas planetarias”, ese grupo de 15 idiomas que no paran de crecer en peso político, económico y cultural. La RAE hace bien, y más todavía al presentarlo en la Universidad de Salamanca, un bonito rincón medieval al que sólo le queda ya esa gloria, la de enseñar el español y adaptarse para que americanos, africanos, europeos y asiáticos vengan aquí a aprenderlo. Porque si la Usal dependiera del resto de glorias… bueno, mejor lo dejamos para otro día. Eso sí, la nueva Gramática no servirá para mucho para el 80% de la gente que habla español: no lo necesita, porque como bien muestra la visión pragmática de la Semiótica moderna, “la esencia de la lengua la da el uso”. Para todo lo demás está el esteta de Wittgenstein, que desde la lingüística terminó en el farragoso mundo de la teoría estética. Pero ésa es otra historia, para otro día…

domingo, 9 de mayo de 2010

Libros y meadas divinas

Salamanca no es Madrid. Salamanca no es Valladolid. Pero tampoco es Zamora, con lo cual habrá que encontrar algún punto intermedio en el cual una Feria del Libro no sea una sarta de atracciones de feriantes de segunda en la que importen más los títeres para los niños que los propios libros. Con apenas 20 lugares donde poder comprar libros, merece la pena regocijarse con la lluvia persistente que le cae a la Feria del Libro de Salamanca, porque da la sensación de una divina meada como juicio de valor. Si El Corte Inglés tiene stand, entonces apaga y vámonos, porque ya no será la fiesta de los libreros, de las editoriales y de los lectores, sino del más puro marketing. 

Es cierto, los libreros tienen que sacar tajada de alguna forma, pero montar espectáculos alrededor de lo que importa para atraer a las familias no es de recibo. Los niños pueden comprar cuentos, pero las novelas y los libros los compra un sector muy determinado de la población: entre los 20 y los 45 años, justo la que no abundaba porque el bolsillo manda y más de uno ya tiene el eBook con la memoria llena de lo que necesita. Un descuento del 10% no es suficiente. 

Sentimos no tener remedios para una feria que cada año pierde algo más de dinero y se convierte en una operación de publicidad deficitaria, tal y como confiesan en Víctor Jara en voz baja, porque en alta hay que pasar por el aro de los mil y pico euros del stand, del transporte y de todos los gastos derivados. La gente lee más que nunca, el formato de bolsillo es el rey pero los libreros no venden. Aquí hay gato encerrado, y habrá que encontrar otra forma de organizar este invento, para que no sean sólo Madrid, Barcelona, Valladolid y compañía las ferias que se llenen las arcas. Igual habría que eliminarla y duplicar el Día del Libro, o directamente no mentir con las cifras de ventas y que los libreros incrustados en la patronal no calquen año tras año las cifras. Este año habrá batacazo, y si no, alguien se ha tapado la nariz y mira para otro lado.  

sábado, 8 de mayo de 2010

Haredim: el pozo sin fondo de Israel

Merece la pena leer a Enric González, siempre la merece. Por sus palabras, por su aguijón y porque cuenta cosas que no suelen llegar por otros medios. Igual que cada país tiene su lacra ligada al mundo reaccionario ultrareligioso o directamente fascista, en Israel están al borde de la guerra civil cultural y social (y de aquí a la política y militar sólo hay un suspiro) por culpa de los haredim, nombre con el que se define a los ultraortodoxos, que no trabajan, no hacen el servicio militar, son sostenidos económicamente por el Estado (con todas las deudas que so supone), deciden quién es y quién no es judío y que viven aislados, reprimen a la mujer hasta dejarla a la altura de un mero mueble o fábrica de niños y que en los 60 estuvieron a punto de volar la mezquita de La Roca. 

Dice el refranero español, “en todos lados cuecen habas”, pero esta gente es la misma que asesinó a Isaac Rabin, que no lo olvide nadie. Fue un haredim alentado por un grupo haredim el que se lanzó en tromba contra el único político judío que se comprometió de veras con la paz. Al ver imágenes y vídeos de esta gente, de cómo vive, de cómo llevan a sus hijos pequeños a las protestas contra la policía israelí, de cómo censuran todo lo que pueden y presionan hasta el extremo para que el ya agobiado financieramente Estado de Israel tenga que sufragar todo lo que hacen. Nos recuerdan, salvando las distancias, a los Legionarios de Cristo, al Opus Dei o a los Carismáticos del catolicismo, a los integristas talibanes, a Al Qaeda… el mismo fanatismo, la misma tenaza contra la inteligencia y la libertad amparándose en dogmas religiosos sin base, fundamento o mayor propósito que tener en un puño a la Humanidad.  


viernes, 7 de mayo de 2010

El número 4 de El Corso


Muy buenas, ya está colgado en cuarto número de elcorso.es, con un especial sobre nuevo cine bélico, otro sobre el grupo Gorillaz, la literatura rusa y sobre el gran Federico Fellini y una exposición sobre su trabajo y su vida. Sólo con un click, en el enlace o tecleando http://www.elcorso.es/.

Hiperbreve, mucho mejor


La mejor frase que hemos escuchado en mucho tiempo es de Clara Obligado, promotora y alma mater de los Talleres de Escritura que llevan su nombre, en Madrid, en Salamanca y en muchos otros lugares. Su gente, sus discípulos o amigos, se asocian de nuevo en ‘Sea breve, por favor 2’, una genialidad del formato más complicado de la literatura: el relato hiperbreve. Cuanto más corto es un texto, mayor grado de perfección lógica debe tener; las novelas se pueden permitir el lujo de tener capítulos horrendos, porque se disfrazan en el contexto general, pero cuando apenas hay cien palabras, veinte o incluso diez, sólo queda una salida, la calidad. “La gente lee ahora más que nunca, eso seguro, hace 30 años yo tenía que enseñar a leer y escribir a las mujeres, y ahora son las que más libros consumen”. Clara es una fuente de sorpresas, y de ideas, de anhelos y de miedos, y de esa frase:

“A mí es la gente buena la que me da miedo, porque los perversos siempre están solos o se traicionan, y necesitan de la gente buena para llevar a cabo lo que planean”.

Es una forma, fuera de la literatura, de mostrar el gran tumor crónico de la sociedad de masas humana, la de la gente decente que queda encuadrada en una comunidad de valores que por su ambigüedad terminan ayudando al diablo a, por ejemplo, llevar trenes cargados de judíos desde Francia, Italia, España, Polonia, los Balcanes o Flandes hacia los campos de concentración. El fantasma de la “banalidad del mal” del que habló Hanna Arendt, la de la gente buena y decente que se sumó al proyecto nacional del Reich creyendo que hacían el bien cuando sólo colaboraban con el mal. Esa falta de inteligencia es el fin de la civilización, que depende de la moral y de la mente clara y bien adiestrada para negarse a caer en esa trampa. El libro, desde mañana en la Feria del Libro de Salamanca, pequeña, ahogada y veremos si con futuro.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Anni B. Sweet, Sala Marte y los rancios

Arranca el III Festival Sala Marte con el regusto amargo de quien le da un caramelo a un niño y éste lo tira porque no le gusta. Sobre el éxito de estos conciertos más allá de los fans que puedan arrastrar siempre queda la duda de un popero madrileño de cierto renombre que al ser informado del cartel del mini-micro-festival de tres días y sólo seis conciertos simplemente arqueó la ceja izquierda con escepticismo. “No me hago 200 kilómetros y pico por eso” sentenció, dejando bien claro que en Salamanca la música indie sigue en ese reducto estudiantil incapaz muchas veces de arrastrar a nadie o casi nadie. Por supuesto que alguien se movería desde Valladolid, Zamora, Ávila o incluso Segovia para ver a Anni B. Sweet, o Louie Austen (por citar los dos con foto), o quizás a Juana Molina, pero igualmente es un cartel que los aficionados de verdad rechazan porque tendrán lo mismo, o mejor, esta primavera en Valladolid, Madrid y Barcelona. En los otros sitios sólo queda el desierto.

La gente se mueve de una ciudad a otra en busca de conciertos que merezcan la pena, pero el dinero público en Salamanca se utiliza para la jibarización de todas las artes: se pone aquí, allí, allá, pero no se concentra, sino que se dispersa. Es justo lo contrario de cualquier manual de buen estratega: en lugar de concentrar recursos y arriesgarse de verdad y ser capaz de rebuscar para traer a Anthony and The Johnsons, por decir un nombre, no, parcelan todo para traer pequeñas cositas que no llegan. Desde que se fundó este blog hemos repetido una y otra vez lo mismo, con la matraca de que más vale poco bueno y legendario que no mucho anodino y sin chicha. Y de tanto tirar de lo local, más barato, terminan por secar las ideas de lo poco bueno que queda en Salamanca, una ciudad que presume de lo que no tiene y que en lugar de sacar petróleo de las universidades sigue colgado de los mismos rancios círculos de siempre. Y para ser rancio no hace falta ser viejo, por desgracia… 


martes, 4 de mayo de 2010

Libros sin prejuicios

Uno de los mayores obstáculos para entender algo siempre son los prejuicios. Gadamer aseguró que todo ser humano es educado a partir de prejuicios, y que en su análisis y juicio del mundo siempre quedan restos de las influencias subjetivas de otros. No hay objetividad, pero recientemente personajes de cuento malo de tertulia mala en café bohemio malo como Eduardo Jordá, que carga contra Miguel Delibes, Valladolid y Castilla y León cegado por el esplendor mediterráneo, ése que se perdió muchísimo tiempo atrás con Eugeni D’Ors, Gaudí y Marsé. Porque no hay más cera que la que arde, y los cirios de Levante son pequeños. Circula el artículo de Jordá y colecciona enemigos por doquier: si es cierto, estupendo, si no lo es, quizás a Jordá le hayan hecho el mayor fake del periodismo en años. Sea como fuere, el nacionalismo tiñe de identidad lo que no lo tiene, y en estos tiempos de vacío ideológico la sangre, el RH, el ADN y las tradiciones finiseculares llenan las cabezas. Sólo por eso merece la pena asumir que Gadamer tenía razón (aquí no soportamos a Marsé, pero mira, nos aguantamos), y que no todo lo que sale de un sitio es minoritario, rancio y hecho de sobras. Sólo en literatura, en Castilla y León, merece la pena recordar que ésta es la tierra de Antonio Colinas, Andrés Trapiello, Luis Mateo Díez, Luciano Egido, Julio Llamazares o Antonio Gamoneda, por poner un puñado de ejemplos. A la literatura no se acude con el gusto, sino con la cabeza en la mano como un Hamlet cualquiera, no vaya a ser que por prejuicios de gusto, ideología o edad vaya a perderse el lector una novela definitiva para él. Nunca se sabe lo que puede traer la marea… Menos prejuicios (y no sólo por Jordá) y más juicios a posteriori, con el libro en la mano. 


lunes, 3 de mayo de 2010

Dos tortas por el precio de una

Primer guantazo: ha dimitido la directora de Arco, la misma que hasta hace unos meses decía que la crisis se había superado y que todo iba bien, que eso de la rebelión de las galerías era una manipulación y bla, bla, bla... Razones: colisión con los gestores de Ifema, políticos o puestos por políticos, con lo cual no les interesa tanto el arte como la posibilidad de darle rendimiento al invento; y por supuesto, la pasta, que no entra, que se aleja de Arco y de Madrid. Cuatro años han dado para mucho, para demostrar que no hay sector que la guillotina económica no descabece y que, las ferias de arte, como los equipos de fútbol, sólo funcionan si el presidente o el jefe se mantiene lejos del fútbol y deja hacer a los que saben. O puede que no, que sea simplemente porque hay ya tantos intereses que no deja de ser una sesión de bizantinismo cualquier cosa que lleve la etiqueta de oficial cerca del nombre. También podría deberse al agotamiento de la feria, necesitada de una urgente reformulación si quiere sobrevivir en el futuro. Igual éste es un primer paso, o no, eso ya veremos.

Segundo guantazo: a la Sgae, por lista. Ponen un circo y a estos pobres les crecen los enanos. Por no saber montarse mejor el negocio. Resulta que los ganadores de las 23 categorías de los Premios Max debían conocerse a las 21.00 horas de hoy lunes, pero algún listillo le dio a la tecla antes de tiempo y salieron publicadas horas antes de la gala todos los resultados. "Tomaremos medidas y se hará una investigación para saber qué ha ocurrido". Bonita frase, es la misma que suele decirse cuando hay un atraco, un asesinato, una filtración, un accidente o un desastre natural. Más leña al árbol que intentan tirar entre todos de la Sgae, incapaz de reaccionar ante la nueva era digital con otra respuesta que no sea recaudar dinero como lo haría el Fisco, sin amoldarse a los nuevos tiempos, protegiendo de verdad a los autores de la piratería. Empiezan a parecerse ya a los antiguos recaudadores de impuestos del Faraón, que cuando no había dinero o sacos de grano se llevaban a una hija o hijo del campesino a modo de pago en especias. En Inglaterra, en la Edad Media, los colgaban del árbol más cercano. Más que animadversión generan compasión: y los medios de comunicación se la tienen jurada a la Sgae, de la que más tarde o más temprano formaremos parte (sigh). Populismo y mala gestión se unen en la cacería. Un fallo en una edición descafeinada donde sólo triunfaron 'Urtain', de Animalario, y Blanca Portillo con su espectacular interpretación de 'Hamlet'.

Nick Clegg, nuestro hombre en Londres


Si fuéramos británicos (ah, qué ilusión...) votaríamos a los liberal-demócratas, porque Nick Clegg (en la foto) es lo más parecido a un equipo de fútbol modesto que descubre que tiene cantera y que juega bien, tanto como para mandarle a la UEFA y hacerle ganar la Copa del Rey. También porque sabe hablar español y eso, en Gran Bretaña, donde son alérgicos a aprender nada que no salga de ellos mismos, es todo un mérito milagroso. Le votaríamos porque afronta la inmigración sin tonterías ni prejuicios ni terrores políticos: los regularizaría a todos y a trabajar o a casita de nuevo. Le votaríamos porque su esposa es española, de la cuna teatral, Olmedo, y nada mejor para el orgullo hispánico que poner una pica en el 10 de Downing Street y convertirla en topo al servicio de su Campechana Majestad (Juan Carlos, o sea). Igualmente le votaríamos porque tiene esa especial predisposición a estar por encima de todo que sólo saben poseer los auténticos caballeros británicos, que se toman el té, viajan en Jaguar y plantan petunias en el jardín mientras se mofan de la reina. Le votaríamos porque Cameron Crowe es un pijo inglés de diseño que no da nuevas recetas, sólo lo que siempre hacen los conservadores: recortar, recortar, recortar, recortar... imaginación, en cero absoluto. Y porque votar a Gordon Brown es como mear contra el viento, siempre terminas empapado de tu propia basura.
Pero claro, nó somos británicos, sólo pobres ciudadanos que sobreviven en una España cainita y falta de todo grado de sentido común, repartida entre dos partidos fosilizados e incapaces de escapar de sus filias y fobias, que prefieren hacerse la guerra por otros medios (política incluida) antes que unirse para salvarnos del desastre. Es una pena, una nación con tanto potencial desperdiciada porque 500 años de historia común no son suficientes para merecer políticos inteligentes y no simples majaderos. Y de los nacionalistas, en fin... mejor lo dejamos.


PD: ¿Alguien sabe dónde está el consulado británico más próximo...?


domingo, 2 de mayo de 2010

Arte, periodismo y relatividad

Cada vez es más complicado intentar saber, dentro del arte, qué es digno de ser visto y qué no lo es. Todavía más desde que se puso en marcha, años atrás, ese ente sin forma pero peso y masa concretos que es la “industria cultural”. Es un nuevo concepto que arrancó cuando en la posguerra los artistas de los ismos y las vanguardias de Entreguerras comenzaron a vender en masa sus obras, bien por esnobismo, bien porque por fin el mundo prestaba atención a sus creaciones. Mucho más lejos de lo que podría imaginarse, empezaba una carrera de malentendidos entre arte y periodismo. El primero, incapaz de conectar con un mundo real del que, por esencia misma, huye. Los más afortunados simplemente intentan reconstruirlo de otra forma. Aquí es donde vamos a ahorrarlos la ardua tarea de definir el arte, que es como Dios, tiene tantas caras como imaginación el ser humano. Porque no hay un argumento que convenza de si es representación, figuración, emoción, referencia, servicio al poder o simplemente comunicación. En eso los escritores siempre han ganado la partida. De las muchas revistas y medios especializados sobresalen en España dos ejemplos concretos. Primero el suplemento ‘El Cultural’, cuyo poder de atracción va íntimamente ligado a su conexión con los grandes medios. Y todos en el mundillo saben que ‘El Cultural’siempre ha pensado más en las letras que en cualquier otro arte. De casta le viene al galgo, porque la prensa escrita y la literatura han ido de la mano muchas veces, y la transfusión de un sector al otro ha sido, es y será siempre más íntima que entre la pintura y los medios de comunicación. Un ejemplo de recomendaciones de ‘El Cultural’ serían la obra de Gilberto Zorio en el CGAC de Santiago de Compostela, pero también Ronsangela Rennó en La Fábrica (Madrid, hasta el 29 de mayo) con ‘Fiebre, basura y poesía’, o Pablo Valbuena (Matadero Madrid, hasta el 9 de mayo), donde expone ‘Quadratura’.

En el otro extremo, ‘Exit Express’, otra revista especializada que hace un repaso a lo mejor del año y cita nada menos que 50 exposiciones que pueden valer tanto como las ganas de vender espacio artístico. No dudamos de que haya mucho talento en ellos, pero el problema es que siempre quedará esa duda final de si merece la pena, de si realmente es tan bueno como dicen, si tiene mérito… y muchas de ellas son tan nuevas que no tienen punto de comparación, con lo cual ni el público ni los críticos a veces se ponen de acuerdo en si realmente es arte o artificio. El abismo puede ser inmenso, pero para la opinión público el arte contemporáneo se balancea peligrosamente entre una cosa y la otra. La mentira del arte se transforma en verdad con los años, y si no recordad a los dadaístas; pagan justos por pecadores, todo entra en el mismo saco para los periodistas y al final sólo queda la desolación y la apariencia para quedar bien con quien paga o monta la exposición. Una pena. Y todo esto porque un día un listo puso un wc en un museo…