Bare Bones, una voz suave sin estridencias, con tendencia a parecerse a la de Nina Simona, un jazz salpicado de tranquilidad, donde ni una nota rompe la línea fácil de la melodía. Once canciones y ese título sugerente. Once pequeños lamentos de ese tipo de jazz cantado donde sólo la mujer parece dispuesta a hacer algo que merezca la pena oír. El que escucha se imagina una mujer negra y ligeramente oronda de lejano nombre francés, quizás pensando que es una de esas ovejas oscuras surgidas de los clubes de jazz de New Orleáns donde van los grandes músicos de incógnito a escuchar a los músicos de verdad. Luego descubre a una mujer joven, rubia y ligeramente aniñada, de ojos azules y rasgos europeos nacida en el sur profundo de Estados Unidos (única coincidencia) pero que tuvo que irse a los clubes de París, en el barrio Latino y universitario, para poder despuntar y regresar al hogar con una carrera bajo el brazo. Cinco discos bajo el brazo y una maravilla llamada ‘Bare bones’ que bien vale gastarse el dinero. Cuando canta Peyroux mece el alma como una niñera que sin estridencias deja caer lágrimas de jazz sobre el oído, como ver volar un colibrí entre tanto ruido que los demás llaman música y no es más que la demostración de que las perlas negras son siempre pequeñas, discretas y que no se oyen, se anhelan y se sienten. Una muestra: “I remember what my daddy tahught me ‘bout how warm whiskey is in a cold ditch / I got these bare bones”.
martes, 31 de marzo de 2009
lunes, 30 de marzo de 2009
Y los freaks heredarán la tierra... (ay Dios, ¡y yo con esta maldita normalidad!)
En los años 70 se hizo muy popular una canción de Chic llamada ‘Le freak’. Tanto que se considera uno de los mayores éxitos de Atlantic Records y está considerada la número 19 de la lista de las cien mejores canciones del Billboard americano en los últimos 50 años. Era una canción ramplona en las letras, marcada por el estilo funk donde lo que importa es el ritmo y el sonido, con el contenido. ¿Y eso qué tiene que ver con la cara de Darth Vader? Pues una palabra que pasó de definir lo extraordinario y 'chic and cool' a lo 'raro' con pasmosa facilidad. Con eso en mente merece la pena destacar otra gran “frikada”. Se llama ‘Star Wars. The exhibition”, y en Madrid ha tenido que ser prorrogada hasta mediados de abril por la cantidad de gente que acude a diario a ver la “exposición oficial” que ha montado George Lucas con vídeos, reproducciones, todo el trabajo de storyboard y maquetas a tamaño real de la parafernalia de la hexalogía (seis películas, a ver si estudiamos algo más de griego…). Al ver aquello, uno de nuestros corresponsales (como si hubiera muchos) redescubrió el sentido de aquella sentencia mítica: “Algún día, los frikis heredarán la tierra, y vosotros tendréis que soportarles sin rechistar”.
Eso lo dijo Guillermo del Toro, uno de los santos patrones de esa gran familia feliz de inadaptados sociales que viven por y para sus pequeñas religiones simbolistas donde todo tiene un sentido, donde ellos son el centro y en las que nadie les golpea como clavos que sobresalen del tablón. Los freaks son un subproducto típico de una civilización que tiene miedo de todo lo que no comprende o es capaz de controlar, de todo lo que se sale de ese concepto de “normal” que no aguanta ni un asalto de la inteligencia. Mueven millones de euros en todo el mundo, son capaces de demostrar una lealtad sin límites a un producto y al marketing asociado (con el que Lucas se ha forrado y alicatado él mismo hasta el techo) y ya no se avergüenzan. Pero claro, es más fácil asetearlos como un San Sebastián cualquiera mientras el pobre freak mira al cielo donde habitan Vader y el Doctor Spock y decir eso de “perdonadles, porque no saben lo que hacen”. Pues eso, sigan ustedes con sus vidas normales, no vaya a ser que se les enfríe el café por usar el hemisferio equivocado..., pero luego no nos digan que no les avisamos: de hecho, en un episodio de 'Futurama' se decía que Star Trek se había convertido en religión oficial allá por 2040.
domingo, 29 de marzo de 2009
Nueva York en un 'click'
Nueva York es como un gran golpe brutal, un puñetazo ácido, siniestro, malencarado y que se pasa las normas de la convivencia civilizada por el forro. Y aún así, todo el mundo la ama y la odia con igual pasión. Algo tiene, pero de momento no ganamos para enviar corresponsal, y no será por ganas. De momento podemos ir a La Casa Encendida de Madrid y ver ‘Retratos de Nueva York: Fotografías del Moma’, una de esas muestras que la vanguardia cultural madrileña va a ver con la misma pasión insufrible con la que pide un café de 6 euros en un Starbucks.
Desde 1888 hasta nuestros días, y hasta el 14 de junio, las salas de este invento de la industria cultural de Caja Madrid recoge fotos de Alfred Stieglitz, Walter Evans, Henri Cartier-Bresson, Lee Friedlander, Diane Arbus, Weegee, Cindy Sherman o Irving Penn. Ellos juntos con otros 84 amantes del click y el diafragma luminoso. Ahhh, la fotografía en blanco y negro, con esas formas geométricas, con esos juegos de humanidad y cemento, esos contrastes entre el colmo de la civilización y el progreso y las bolsas de pobreza. Como nosotros, que sí, vamos a ir a verlo pero sin gafas de pasta (hahahah). Sí, somos burgueses rojos, ¿y saben qué?, en el fondo nos gusta. Se vive bien, sin problemas y las dosis justas de apatía existencial... (más risas).
sábado, 28 de marzo de 2009
El Cid, los árabes y los arabescos
Hablando de tonterías: ahora resulta que el ‘Cantar del Mío Cid’ lo escribió un árabe. Vamos, como si importara algo. Su valor ya está hecho: puso los cimientos del castellano. Quién lo hiciera es tan insípido como saber el nombre, vida y milagros, del tipo que inventó la tarta de queso con arándanos. Vale, es una curiosidad, pero millones de personas ya usan el castellano, y sospechamos que al mundo islámico le trae un poco sin cuidado quién lo hiciera. De hecho, bien mirado, les resultaría a los musulmanes escandaloso que un tipo que les conquistó Valencia y les dio una y otra vez donde más duele acabara inmortalizado por uno de los suyos. Vale que tenía buena reputación como mercenario al servicio de los árabes, y también que tuviera mano izquierda con los vecinos del sur, pero de ahí a glosarle para la posteridad de los enemigos cristianos de siempre… En fin. Esto es como cuando dicen que Shakespeare era gay (¿y qué?), que Cervantes se lo copió todo a un magrebí (para el caso, por algún lado debía salir esa joya de ‘El Quijote’) o que Homero no existió y es un mito que aglutina siglos de tradición oral. Esto último…, vamos, ¿qué narices importa si todos nos derretimos con la ‘Odisea’? Al final incluso dirán que Gervaise de la Rochelle era un mito inventado por los intelectuales de la Resistencia francesa en Inglaterra…
viernes, 27 de marzo de 2009
El teatro, ese cadáver que nunca muere
Hoy es el Día Mundial del Teatro. Es el arte del ave fénix, una mentira tan gorda como las que cuentan los actores y autores sobre las tablas. El teatro está eternamente en crisis desde que aquí tenemos uso de razón, y sin embargo mantiene los escenarios abiertos, estrena y repite una y otra vez obra, llenan como mínimo el 60% de las localidades y no paran de salir dramaturgos y grupos de teatro amateur. ¿Qué diablos tienen las máscaras griegas para que la gente no pare de ir, de pagar entrada, los actores de subirse a las tablas y todo el mundo de repetir una y otra vez eso de “el teatro está en crisis…”? Son esas cosas incomprensibles, uno de esos enigmas que no se solucionan ni pensando ni sintiendo. Básicamente, es una incongruencia, como el acto mismo de pagar por leer algo. Es estúpido, pero lo hacemos, y encontramos un extraño placer intelectual y emocional, un chispazo que anula el reduccionismo mercantilista que le niega a la cultura valor intrínseco. Lo tiene, pero es tan intangible e incalculable que ni el capitalismo puede conquistarlo. Olé. Mientras Salamanca se desangra en la escena con una ínfima celebración, en Madrid harán 170 representaciones en apenas 24 horas. Genial, fabuloso, ¡¡viva el exceso y la lujuria literaria!!
jueves, 26 de marzo de 2009
U2, la OCP y el ajuste de cuentas
El fenómeno fan es una esquirla incontrolable de los deseos. Un ejemplo: mister OCP, un tipo cuyas iniciales son iguales que la compañía futurista que construyó a Robocop…, pero ésa es otra historia. OCP tenía una daga clavada en el corazón. Se llamaba U2, otras siglas que recuerdan siempre a otra cosa. Para todo el mundo es el gran grupo irlandés de los años 80 y 90, el único que va camino de ser otro Rolling Stones cuando los originales no encuentren la fórmula de la inmortalidad a tiempo. Para mucha más gente U2 era el nombre en clave de los submarinos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, el nombre de varias líneas de metro de Alemania y Austria, y también la nomenclatura del avión espía americano de la Lockheed que hizo estragos en la URSS en los años 50 y 60. Para nuestro super fan era una cimitarra que le pasaba de un costado a otro: estuvo más de media vida queriendo ir a verlos y siempre salía mal la jugada, bien por dinero, por tiempo, por ganas.. y por fin lo consiguió. Sus bufidos de alegría se hacían casi sexuales cuando su novia avisó de que tenía las entradas, y de que además había conseguido otras dos mejores que se podrían revender para pagarse el viajecito desde Salamanca a Barcelona, donde actuarán el 30 de junio. Y aquí paz y después gloria. Lo que no se haga por la música no se hace ni por la madre propia o ajena. O no.
Pd: Aquí también somos fans, pero con acidez de estómago desde que un gallego nos dijo eso de “¿Para qué voy a seguir a otros cuando puedo seguirme a mí mismo?". Pues eso...
miércoles, 25 de marzo de 2009
Nosotros, los pensativos...
Cada día Tiresias empieza a tener más razón. Cada segundo que expira dejando paso a otro nos damos cuenta de que el escritor vive bien si no se excede en su humanidad. Ya dijimos hace poco que la futilidad de lo informado se superponía a la calidad. En un mundo que acelera cada vez más, ciertas licencias, como el tiempo para sentarse y pensar, se convierten en lujos que ni todo el oro del mundo puede comprar. Se nos viene a la memoria ‘Tiempos modernos’, donde Chaplin dejaba bien a las claras cómo el ser humano pierde la libertad y la sangre en un sistema que le automatiza sin cesar, en el que se hunde entre los engranajes de una maquinaria que no llega a ningún lado. Un tipo bastante poco propenso a lo revolucionario aseguró hace poco que la gran ruptura llegará cuando el ser humano regrese a su condición de brujo, cuando el conocimiento se convierta en un arte de ejercicio continuo y virtuoso y no una técnica industrializada.
Algunos añoran los tiempos en los que escribir era un placer y no una monotonía insufrible; otros echan de menos la época en la que correr era de idiotas, porque los sabios caminaban. Eran los tiempos de los filósofos, los científicos, los brujos, los budistas y los sanos y serenos de espíritu. Hoy, en cambio, aprovechamos toda nuestra tecnología para convertirnos en galgos que se desfogan detrás de una liebre mecánica que nos empuja a ser mejores que los demás. Falso, no se es mejor por correr más, ni por llegar antes. Se es mejor cuando sentado en una roca te das cuenta de la estupidez de la vida. Ya lo dijimos hace poco, pero lo repetimos para que no haya equívocos: Mejor reírse de la vida que temer a la muerte, mejor reírse de ésta última que tomarse en serio la vida.
PD: Y luego preguntan que quién es Gervaise de la Rochelle...
martes, 24 de marzo de 2009
Por qué nunca seremos El País...
Envidia malsana, o totalmente lógica. No hay dilema posible entre ver cómo abre el diario ‘El País’ su sección de cultura del pasado sábado y cómo lo hacen el resto de secciones de Salamanca. El ínclito periódico madrileño dedica una página entera a la nueva edición sin censurar de ‘On the road’ de Jack Kerouac (un libro todavía pendiente de ser leído, degustado, para ver si es verdad lo que cuentan de él, que arden las páginas…), firmada por otro autor Ray Loriga (de este ya hemos leído, así que mejor no repetir…, ejem). U-na pá-gi-na en-te-ra. Silabeamos porque no lo creímos cuando lo vimos. Eso es estilo, clase, nivel, porque no se vende a lo inmediato, porque es una sección de cultura como debe ser: con escritores hablando de escritores, porque en la siguiente página se descuelgan con una entrevista a Irvin Welsh, otro que tal baila, el padre de la Generación E (de éxtasis, la droga, no la experiencia religiosa-erótica) y de ‘Trainspotting’. Toma ya.
Será el dinero, será el prestigio, serán las ganas de marcarse un punto de fuga que demuestra por qué algunos son grandes y otros siguen al pie de la letra el manual del buen periodista: lo inmediato vale, las informaciones planas para que no haya quejas, vigilar que un anunciante no se enfade y nada de reportajes que no tengan interés social. Qué gracia: los más mezquinos y mentirosos rezando a los dioses de la función social del periodismo. Eso jamás pasará en Salamanca, en ninguno de los tres periódicos, porque como dice ACH al final despedirían a los redactores. Pero no estaría mal abrir un día con Antonio Colinas hablando de Torrente Ballester, por ejemplo… en fin, los sueños, sueños son.
lunes, 23 de marzo de 2009
La soledad del escritor de fondo
Fue ver esta foto de un desconocido escritor de la semana ‘Negra y criminal’ de Barcelona y darnos cuenta de cómo funciona el submundo del creador lingüístico: cierto desaliño, encendiéndose un cigarrillo (que vale por cualquier vicio conocido), miope, con arrugas en el rostro, barba (por pura dejadez y dar esa apariencia de hombre curtido recién bajado de un drakkar o de saquear un convento…) y lo que parece un pañuelo en la cabeza (que valdría por la capucha de una sudadera o un buen corte de pelo). El escritor siempre está solo, se hunde en su mundo; toda la fuerza creativa que el resto del común de los mortales expande hacia el exterior para vivir la vida él la invierte para crear mundos nuevos. Como decía un célebre autor de cuyo nombre nos hemos olvidado, “hay que elegir entre vivir la vida o contarla”. El pago a esa carrera sin final suele ser la gloria efímera, la eternidad o el fracaso más absoluto: aunque siempre con la esperanza de que posmortem le descubran. Al menos la familia cobrará los derechos de autor. No como la pareja de Steig Larsson, que por una ley machista de la super moderna Suecia no va a ver un duro del éxito del hombre de su vida después de muerto. Esto de los cadáveres nos recuerdan a dos epitafios lapidarios de dos autores, de los que tampoco revelaremos los nombres, por mantener cierto misterio. El primero tiene una lápida lisa con una inscripción: “Quítate de encima”. Y el segundo es todavía más clarividente: “Tranquilo, tú serás el siguiente en hacerme compañía…”. Ja, ja, ja. Mejor reírse de la vida que temer a la muerte, mejor reírse de ésta última que tomarse en serio la vida.
domingo, 22 de marzo de 2009
El día que Clint Eastwood mató a Harry el Sucio
Harry el Sucio ha muerto. También la rata estereotipada de ‘El sargento de hierro’. Clint Eastwood, de 78 años, ha asesinado a uno de sus personajes más memorables en ‘Gran Torino’, una película que es como la campana de Gauss pero al revés: empieza arriba, se amodorra e infantiliza en la mitad para luego despegar con fuerza y terminar arriba, muy arriba. Lágrimas de acompañantes aparte, que demuestran sensibilidad a los dos lados de la pantalla, es una gran película. No es la mejor de Clint, pero sí que es fundamental porque cierra un círculo iniciado en los años 60 cuando cruzó el mundo para dar carne y cara al esqueleto diseñado por Sergio Leone, padre fílmico de Clint y del spaghetti western. Qué pena que haya asesinado su creación personal, pero si lo hace es porque empieza ya a cerrar puertas y no dejar cabos sin atar, para demostrar que es ahora, cuando supera la esperanza de vida media de su país, cuando ya es adulto, maduro y da lo mejor de sí mismo. Nunca antes este hombre fue tan buen cineasta, tan sencillo y profundo, tan clásico en cada decisión, movimiento y mirada.
Hace poco le preguntaron cómo se sentía ahora. Su respuesta fue “libre, jamás había sido tan libre como ahora”. Clint ya no volverá a actuar, ni falta que le hace. Ya no perderá tiempo y energías en hacer un papel que ha bordado una y otra vez desde que hiciera ‘Sin perdón’ y ‘Los puentes de Madison’, sus dos últimas interpretaciones no encasilladas. Ahora ya será sólo director, ahora que ha cerrado el ciclo del macho americano cabreado, después de cerrar el del western con ‘Sin perdón’. Ya sólo nos queda él, su voz suave en inglés y el doblaje soberbio de Constantino Romero que a la acompañante le produjo un shock postraumático convertido en carcajada. Esto es, ya sólo queda Clint.
Pd: vayan a verla. No lo olviden, no lo duden, déjense llevar.
Ya queda menos para la V edición "en negro" - 5 de mayo
Cada vez queda menos para que la Filmoteca de Castilla y León recupere el pulso. Mientras, el resto de la ciudad de Salamanca se nutre de medianías. El 5 de mayo la antigua iglesia, recinto monacal u hospicio, sea lo que fuere en el pasado ese edificio de piedra chata, abrirá las puertas al V Congreso de Novela y Cine Negro: Álex de la Iglesia, Suso de Toro, Mariano Barroso, Agustín Díaz-Yanes, Fernando Savater o Guerrero-Casasola, por poner ejemplos conocidos. Algo debe tener la serie negra para que a todos aquí nos vuelva locos, para que el binomio simbólico “La noche era húmeda y oscura” sea siempre, a modo de broma tópica, el antecedente de algo brutal que nos llevará siempre a hacernos pensar. ¿Qué es la literatura si no hace pensar, si no recorre las esquinas en sombra del ser humano? Nada, puro entretenimiento paupérrimo. Botamos y saltamos, calentamos y afilamos la espada esperando esos días de mayo que, como en el thriller sobre un posible golpe de estado militar en EEUU ('Siete días de mayo', de Fletcher Knebel y Charles W. Bailey), Salamanca hará correr ríos de sangre y tinta negra. ¿Qué, se nos nota o no que nos gusta? Ya falta menos para una de las perlas negras salmantinas de las que hablamos tiempo atrás. Tranquilidad, paciencia. Que el ansia no convierta estas líneas en una chorrada fanática…, demasiado tarde.
sábado, 21 de marzo de 2009
La terrorífica inteligencia
El gran José Antonio Marina, filósofo y obseso de la inteligencia humana, dijo hace no mucho en un reportaje de TV que había una forma de medir la inteligencia de las naciones: sólo hacían falta dos parámetros, el gasto en futbolistas y toda la parafernalia que rodea al asunto y el dinero invertido en formación intelectual en científicos que luego se exilian. Mejor no decimos el resultado que se dio en España. A Gervaise de la Rochelle le ocurrió algo parecido el día en que se convirtió en un huraño veterano. Vivía de su sueldo de funcionario de correos en Francia, trabajando siempre en solitario. Se encerró en sí mismo y no movió un dedo por prosperar mientras el resto de camaradas de la guerra escalaban puestos con el boato de haber estado en la Resistencia y con De Gaulle. Cuando uno de ellos le llamó para colaborar, su misantropía se atenuó lo suficiente como para mantener conversaciones. Pero entonces vio la mediocridad, la ignorancia y la corrupción de los suyos y, desesperado, volvió a su soledad. Odiaba el amiguismo, los clanes, las filias y fobias que se generan en esos círculos de gente que trabaja un día sí y otro también. Su paciencia no era muy amplia y de vez en cuando afloraba la misma furia que le dominó en la guerra. Básicamente se quedó fuera de los círculos, convertido en un erizo.
Hasta que un día recibió una carta desde Londres en el que le enviaban el poema ‘If’ de Rudyard Kipling y una simple nota: “Recuerdo, querido Gervaise, que me sacaste de una cuneta cuando ametrallaron mis piernas. Recuerdo que eras más que capaz. Te ofrezco trabajo, pero a cambio debes abandonar Francia”. Según la biografía de su hijo Jacob, Gervaise apenas tardó tres horas en cruzar el Canal de la Mancha; antes de subirse al ferry en Calais se limpió las botas y no dedicó ni una mirada de despedida al país por el que había luchado. Esa misma tristeza del alma sienten miles de científicos y artistas españoles cada vez que se estrellan contra la burocracia, el desprecio a la inteligencia y la creatividad, al “Que inventen ellos”, a la mentira y el fariseísmo nacionales, y a la mediocridad de aquellos que saben escalar en la jerarquía con esa flamante inteligencia emocional por la que todos pierden el culo pero que nada hace por el resto de la humanidad. Cuando llegó a Londres, su amigo le preguntó por qué tanta rapidez. Gervaise sonrió como hacía años y contestó “Porque la inteligencia siempre da miedo”.
PD: este post, dedicado a B. Pero también para J.Romero, A.C., O.C.P (aunque ellos no lo sepan) y tantos otros que no tienen la culpa de haber caído de este lado de la cicatriz de los Pirineos. Mejor dicho, de este lado del Canal de la Mancha.
viernes, 20 de marzo de 2009
Salamanca es cómic (3) - Final
"El auge del llamado “cómic social” también es en parte responsable de este despegue que ya se reconoce incluso en la televisión y las instituciones, que, como dice Sinovas, “viven de espaldas al género”. Excepción hecha, últimamente, del Ayuntamiento, que en su certamen de jóvenes creadores Vanguarclasidia tiene un apartado para cómic. Sin embargo, Sinovas se pregunta “¿por qué Ávila, que no tiene librerías especializadas, tiene un salón propio y nosotros no?”. El gran ejemplo sería A Coruña, donde el poder público “apoya pero no mete la mano. Ellos dan el dinero y dejan hacer a los que saben”, en parte también porque el antiguo alcalde Vázquez era un gran aficionado. Sinovas destaca una paradoja: uno de sus mejores clientes es un hombre de 80 años que va religiosamente cada semana a la tienda a comprar la novedad. “De mayor quiero ser como ese hombre” dice. Mientras, se da cuenta que a nuestra espalda está José Zazo, otro de esos ilustradores salmantinos que tan buena fama tienen, “porque son disciplinados y cumplen con las fechas de entrega del trabajo. Están todos muy bien valorados fuera porque son metódicos y prolíficos”. Menciona la generación de grandísimos ilustradores con los que cuenta Salamanca como Tomás Hijo, el propio Zazo y J. L. Morán, por poner varios ejemplos. “Mucha gente no confía en este medio, pero en 2008 facturó cien millones de euros, y se publicaron 130 títulos nuevos mensualmente durante todo el año” arguye Sinovas para demostrar el auge nacional e internacional del cómic, al que deberían tener más en cuenta “y olvidarse que el tebeo es para niños, porque es algo que une lo bueno de la literatura con lo visual del cine”. Dos en uno para un arte en el que Salamanca aspira a mucho, mientras no le den la espalda y haya una buena propaganda que entronque con una ciudad llena de jóvenes estudiantes y adultos interesados".
jueves, 19 de marzo de 2009
Salamanca es cómic (2)
"El caso de Manolo García es muy típico: estudiante de arquitectura con pasión por el cómic que termina usando su talento para el dibujo para vivir el particular sueño del creador moderno, mientras que Jorge García retrata la vida heroica de la Guerra Civil española en volúmenes como ‘Cuerda de presas’, mientras que su compañero de apellido crea series especiales para Spiderman, por poner un ejemplo. Y muchas veces sin necesidad de irse a EEUU, sino cumpliendo los plazos.
Raúl Sinovas es el alma de Shogun, y también un intermediario entre estos creadores y el público, un librero antiguo que ya no reparte ediciones de Homero o Cervantes a sus clientes sino que distribuye a genios como Moore, Stan Lee o Will Eisner, por poner nombres clásicos. El éxito, según él, es sencillo: “El cómic se ha adaptado y se ha hecho mayor, ha conseguido captar un público nuevo con historias que nos tocan directamente, que podemos ver en la vida real. Por ejemplo, Persépolis, sobre cómo es la vida en Irán”. El gran cambio llegó con el premio Pulitzer que ganó ‘Maus’, en el que se tocaba el tema del Holocausto judío; el actual ganador del Premio Nacional es Paco Roca, que estuvo hace quince días en Salamanca y arrastró a cientos de personas. Su logro, retratar los estragos del Alzheimer en el volumen ‘Arrugas’. “La gran virtud del cómic es que es como la literatura, hay tantos estilos, temas y géneros como el cine o la literatura, y todos encuentran algo”. El cine, quizás vacío ya de ideas, se vuelca en la adaptación a su medio de los grandes héroes de la tinta y el papel, mientras que la literatura se acerca tímidamente en el formato de novela gráfica hacia un género que ya se hace hueco en el mundo del arte y ha sustituido a muchas vanguardias contemporáneas en el imaginario colectivo de la sociedad ante el aislamiento cada vez mayor del arte contemporáneo".
Continuará…
miércoles, 18 de marzo de 2009
Salamanca es cómic (1)
Continuará…
martes, 17 de marzo de 2009
1808-1812: La Revolución Goya
Goya: cuatro letras cacofónicas que dan mucho juego en cráneos rasurados pero que definen al que dicen fue el gran revolucionario de la pintura. Una antigua iglesia monacal como es Santo Domingo se convirtió hace no mucho en sala de exposiciones en Salamanca, y dentro han metido en penumbra e iluminación indirecta los 80 grabados de la serie ‘Los desastres de la guerra’. Hasta aquí vamos en tono periodístico. Ahora, en lírico: jamás nadie supo convertir un arte menor en fotografía cien años antes de que ésta fuera considerada un arte útil. Goya no hizo grabados al uso, como los siete siglos antes, sino que “fotografió” con plancha y punzón los efectos de una guerra que mordió, masticó y escupió a una nación entera y la rebajó al nivel de la Edad Media.
La violencia mata la razón, y Goya vio perfectamente cómo esa fuerza irracional redujo a los campesinos españoles al nivel de guerrilleros degolladores, a los franceses al de salvajes y a la civilización en un recuerdo. España permanecía todavía en estado semisalvaje en aquel 1808; Napoleón les llevó a todos directamente al infierno. Y Goya cimentó su particular 1789 pictórico con ‘Los Caprichos’, las ‘Pinturas negras’ y ‘Los desastres de la guerra’, tres patas de un banco sobre el que asentar estilos y escuelas tan divergentes como el impresionismo, el expresionismo o el surrealismo. Los trazos rápidos, toscos y directos de ‘La romería de San Isidro’ los imitaron Monet y Manet; la fuerza de la locura y de la miseria de sus rostros se reflejó luego en la histeria deformante de los retratos de Munch; y sus sueños de brujas y simbolismos, como el perro semienterrado en un cuadro que parece fallido, anticipaban las demencias geniales de Dalí. La serie estará hasta el 11 de abril. Ni se lo piensen, muévanse simplemente. No dejen que se pudran sus mentes como el resto ante ese vitalismo falso que domina esta sociedad: si parpadeas y sufres, entonces estás vivo, que decían los nuevos espartanos.
lunes, 16 de marzo de 2009
¿Para qué sirve una imagen en el periodismo?
viernes, 13 de marzo de 2009
Los políticos inútiles son culpa nuestra
jueves, 12 de marzo de 2009
El cine español ¿se resquebraja?
Seguimos apretando los dientes, pero en el gremio del cine deben de hacerlo mucho más. De la actualidad de Salamanca no destaca nada salvo Goya, pero de eso ya hablaremos mañana con más calma. De momento el cine español perdió en 2008 1,6 millones de espectadores, lo que da cierta idea de cómo la democracia total ha llegado al sector, pero también ciertas comparaciones odiosas entre un Mini y un Rolls-Royce. Aunque eso también puede ser una excusa del gremio. Lo cierto es que todo el mundo se hace estas preguntas: ¿para qué ir al cine cuando puedo verlo en mi casa con mi home-cinema, o mi televisión de plasma de tropecientas pulgadas con dolby-surround? ¿Para qué comprarme un original pudiendo descargármelo por internet? ¿O mejor, comprármelo en el top-manta y copiarlo porque esos discos duran tanto como un condón recién abierto…? Pues eso, que corren tiempos malos para los monopolios y muy buenos para el capitalismo libre entendido de otra manera: mucha gente aseguraba que la piratería era capitalismo puro y duro. No les faltaba razón, pero el gusano corroe los beneficios de las multinacionales que sufragan a los artistas, así que al final es un círculo vicioso que termina por prenderle fuego a todo el sistema. La solución quizás esté en que el modelo de distribución cinematográfica está más que desfasado: ¿pagar por una entrada por algo que podrías volver a ver al día siguiente? La gente paga por un concierto porque es algo único, pero no por un pase de una película. La opción sería hacer estrenos selectivos, a bombo y platillo, con bebidas gratis, por ejemplo, y luego hacer una buena distribución y barata de copias en DVD de las películas. Es una sugerencia…
miércoles, 11 de marzo de 2009
Apretar los dientes
Hacía tiempo que no sentíamos por aquí la punzada del deshonor y la crítica, hasta que alguien nos ha hecho despertar y ver que no hay más espada que la voluntad. Muy nietzschiano todo hoy. Por eso recuperamos el espíritu de una de nuestros post más venerados por los fieles. Es de hace tiempo, cuando varios sentíamos la bota caprichosa de la nada divina Providencia, y la hemos troceado para sacar las tres nuevas verdades:
1.“No te vanaglories de tus éxitos porque así nadie te los podrá arrebatar” (Cheng Ming Chen). Mucha gente debería aprender de lecciones como la que acaban de leer, mucho más en una España habituada a fardar, venderse y vanagloriarse.
2."Tranquilo muchacho, para ser grande primero tienes que ser humilde, y además, nada suena mejor que los halagos que piensas sobre ti en los labios de los demás". Es de Sebastián Vicente, otro gran sabio confuciano.
Dicho esto, ya no queda más remedio que ser como aquéllos héroes de la 101 que se tiraron a ciegas sobre Normandía, justo detrás de las líneas alemanas. El ratio de supervivencia era de 1 de cada 3. Ya lo decía el Corán, siempre puede ser peor, así que alégrate de seguir vivo. Apretad todos los dientes, bajad la visera y arriba otra vez. Never surrender, que cada hálito es una victoria, que decía Zhukov mientras miraba a la espalda temiéndose que Stalin lo volviera a mandar a Siberia.
PD: Mañana día 12 Goya hará feliz a los amantes de la pintura española. Haremos algo especial sobre ello.
martes, 10 de marzo de 2009
Goya el expresionista
Ya queda menos para que el horror se abra paso en Salamanca. A una ciudad tan casquivana para según qué temas le vendrá bien darse de bruces con el humanismo de un Goya enloquecido a ratos y lúcido casi siempre, un hombre tocado por la vara divina del que ve más allá de lo evidente y que en sus últimos años de vida y obra terminó creando el expresionismo casi un siglo antes que el resto. Munch no hubiera sido nada sin los horrores y las caras desfiguradas de los penitentes de ‘La romería de San Isidro’, nuestro cuadro preferido. Todo el poder de un cirujano con pincel y paleta de colores que consiguió con ‘Las desastres de la guerra’, ‘Los caprichos’ y las ‘Pinturas negras’ una de las mayores proezas de la historia del arte y de la cultura (no me dirán que no se nota que nos gusta Goya…). Muchos años de vuelo paseando por el Prado mirando las obras de este aragonés genial dan para apreciar su universo propio. Y como siempre suele pasar, su etapa más oscura es también la mejor. No son años de luces estos. El 12 de marzo 80 grabados de ‘Los desastres de la guerra’ llenarán la sala de Santo Domingo. Ya queda menos, goyescos.
domingo, 8 de marzo de 2009
Te queremos, Quentin, aunque nos plagies
Al principio fue el verbo, o mejor dicho, la vida entre cintas de vídeo, estaciones de servicio, tugurios y trabajos inútiles. Era la vida del bueno de Quentin Tarantino, nombre y apellido imposibles de un tipo que desde la negación del argumento como motor del cine ha convertido el medio en un espectáculo de valor incalculable. Es un tipo capaz de convertir una película suya en un clásico el mismo día del estreno. Dentro de 50 años la gente verá ‘Reservoir dogs’, ‘Pulp Fiction’ o ‘Kill Bill 1 y 2’ como ahora se contemplan las secuencias de ‘El apartamento’, ‘El Padrino’ o ‘Blade Runner’. Su método es sencillo: su cabeza es una coctelera de influencias de todo tipo que él mezcla en forma de brebaje posmoderno donde la música es tan importante como la fotografía, las escenas de acción banales y los diálogos largos y frívolos, que en sus guiones alcanzan contradictoriamente un grado de profundidad que ya querrían muchos otros. En breve estrenará ‘Inglorious bastards’, remake de otra película italiana de los años 70 y que era el argumento de una novela de Corso Expresso hasta que otros le copiaron la idea. Mamones. Y no contaremos nada más. Bueno, no importa, si James Joyce plagió a Homero para escribir su ‘Ulises’ dublinés y todos le aplaudieron la gracia entonces nosotros podremos hacer lo propio y forrarnos en grupo como hicieron aquellos tres profesores de la Universidad de Bolonia con ‘Q’, firmando Luther Blisset. Novela por cierto totalmente recomendable. Ahí tienen uno de los carteles de la película, muy ocurrente por cierto…, el disparo en el punto justo para insinuar de qué va pero sin decirlo.
sábado, 7 de marzo de 2009
¿Por qué estás tan serio?
Primera hora de la mañana. Uno de los friki-criminales que engrosan el Equipo avisa que por fin ha visto, abrazafarolas él, ‘The dark night’, y que efectivamente el protagonista no es el hombre murciélago sino el Joker. Bale se limita ha hacer un cameo disfrazado de Batman mientras el otro repite una y otra vez “Why so serious?” (¿Por qué tan serio?). Literalmente extasiado, en un minuto de conversación vincula la interpretación del ya fantasmagórico Heath Ledger con el anarquismo, el nihilismo y lo que más de un autor ha llamado “la teoría de la cicatriz sin cerrar”. La famosa frase de Nietzsche de “Lo que no me mata me hace más fuerte” es tan falsa como una moneda trucada: puede que no nos mate, pero la cicatriz debe cerrarse para que la experiencia sirva de algo. De lo contrario le ocurre como al personaje del Joker, que esas cicatrices supuran y no se cierran; entonces los latigazos de la vida se convierten en el abanico de neurosis, demencia y nihilismo que son el fracaso del ser humano. En la película se dicen frases como “Algunos hombres no razonan, sólo quieren ver arder el mundo”. Pero la mejor la dice el propio Ledger: “Soy un perro estúpido que persigue coches inútilmente. ¿Qué será de mí el día que consiga alcanzar uno?”
Es imposible explicar mejor cómo se hunde la moral, la voluntad y la razón por el peso del dolor, el fracaso total del espíritu. Es el mismo mecanismo que explicaría por qué los nazis siempre buscaban a los marginados, los humillados y los mediocres para engrosar las peores filas de sus ejércitos: dale un punto de apoyo a un desgraciado y se convertirá en un verdugo sin alma. O como dicen los judíos, “quien ha sido víctima termina siendo el peor ejecutor posible”. Ellos lo sabían bien, por eso los capitanes de la guerra del 56 contra los árabes eran todos supervivientes de campos de concentración. Contra eso hay una frase de un conocido mafioso: "Cada cicatriz es un recordatorio de que debo levantarme una vez más a la mañana siguiente, si todavía respiro". Traducción: la vida es dura, pero eso no es una excusa para no continuar y buscar ser un virtuoso, por el bien de todos y de uno mismo. Así que cósanse las cicatrices y avanti.
Pd: ¿Ven como de una simple película se puede sacar de todo…? Cada columna en manos de un simple es una opinión perdida, que diría el otro.
jueves, 5 de marzo de 2009
La coctelera salmantina
miércoles, 4 de marzo de 2009
Für A (Jean) - La Casa Azul
Por alguna razón determinada la gente asocia la lluvia a la melancolía, y ésta a la música, que a su vez la dirige hacia imágenes incrustadas en el cerebro. Lo dijimos una vez y lo repetimos, el gusto está hecho de mil hastíos, y ojalá la mayor parte de éstos fueran como ella. Nos recuerdas a una canción de The Killers, 'The world we live in', una Jean recreada en el quinto capítulo de La Casa Azul.
"Entre pequeñas volutas de humo retorcidas como la decoración de un templo chino, entre la bruma blanquecina de la atmósfera con olor a café cargado del Tréveris, se distinguió el rostro de Marie Kassovitz. Kavafis no podía luchar contra la resaca y el humo a la vez, así que se fijó simplemente en las mejillas altas, en la media sonrisa, en el pelo corto, en los pequeños ojos oscuros que se movían detrás de la cortina de humo, en las manos fibrosas que sostenían el cigarrillo, lentamente, como si pendiera de él una tela de araña por la que escalara la dueña. La radiografió para sí: llevaba 48 horas en Berlín y ya tenía la lengua de trapo de tanto besar, y nunca se desaprovecha nada en la vida. Los ojos grises de K resbalaron por las medias negras hasta sus pies, con las puntas hacia dentro, como una niña pequeña que estuviera esperando el autobús. Kavafis reposó la cabeza en la mano para mirar a aquella niña grande de ligeros tonos frívolos que parecía medir cada movimiento, como si hasta el más nimio gesto estuviera pensado de antemano. Cruzó y descruzó las piernas varias veces desde la distancia, mientras K afilaba los colmillos y repasaba el rostro anguloso de aquella Jean Seberg de cabellos castaños que empezaba a hablarla en aquel suave alemán latinizado que cabalgaba sobre el tono que debe tener el chocolate caliente desparramándose sobre una galleta a primera hora de la mañana. El efecto Marie Kassovitz le llegó a lo más profundo del cerebro y le hizo paladear el regusto del cacao amargo. Kavafis sonrió maliciosa y apartó suavemente las nubes de humo con la mano…"
lunes, 2 de marzo de 2009
'Millenium' - En memoria de Stieg Larsson
Siempre que hablamos de estos casos de gloria póstuma se nos ponen los pelos de punta. Por lo cruel e injusto que es el hecho en sí de que un hombre triunfe cuando ya está criando malvas. Y porque nos podría pasar a cualquiera. El último Van Gogh que toca el Olimpo con los dedos del alma (bonito eufemismo para la muerte) es el sueco Stieg Larsson, autor de la trilogía ‘Millenium’ y que se ha convertido en todo un fenómeno en Europa, ya saben, eso que está al otro la de los Pirineos y que por aquí nadie asume. Qué triste que un escritor pueda ser un mito vivo o muerto en naciones civilizadas como Suecia, Noruega, Dinamarca, Gran Bretaña u Holanda, pero no aquí. Qué triste que España, que ha dado más literatura que todos los anteriores mencionados juntos (bueno, salvo quizás Inglaterra, la otra nación de letras por definición junto con España) no sea capaz de despertarse un día bailando al son de 200 páginas bien editadas. A Larsson le han llevado al cine postmortem, y la película se ha convertido ya en un éxito en Escandinavia, y acabará por llegar la marea hasta aquí. ‘Los hombres que no amaban a las mujeres’ es un ejemplo de esa fuerza inmensa de las letras nórdicas (especialmente en el género negro, con Henning Mankell a la cabeza), países donde por culpa del clima y de la cultura imperante sólo pueden hacerse tres cosas: leer, pensar o fornicar como vikingos. Lo dicho, naciones civilizadas. La heroína de Larsson es Lisbeth Salander (en la foto, interpretada por Noomi Rapace), una hacker anoréxica y temperamental que se ha convertido en el santo y seña de toda Suecia, un personaje menudo y aquejado de miles de complejos pero que es como un dragón dormido. Ese tipo de literatura, si se hace aquí, no llegaría más allá de las aulas universitarias. Es también una de las razones de que muchos españoles sean más leídos fuera que dentro, y una de las cruces penitentes de un país que todavía no ha aprendido a leer de verdad, angustiosamente anquilosado y enclaustrado en el acto miserable del escritor que se mira en el espejo en lugar de crear nuevos mundos.
PD: la trilogía 'Millenium' ya tiene publicados sus dos primeros volúmenes en español: 'Los hombres no que amaban a las mujeres' y 'La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina', ambas en la editorial Destino. Falta la tercera, 'La reina del palacio de las corrientes de aire'.